Desde recién nacidos, todos los mamíferos toman leche, sin embargo, los humanos son los únicos que siguen consumiéndola durante su vida ¿Por qué? Por las múltiples propiedades que se le conocen y que han permitido que se le califique como “el alimento más completo”.
Las personas que tengan intolerancia a la lactosa tienen que consumir la que no contiene este azúcar. Si hay otra intolerancia que impida su consumo, como la alergia a la proteína de la leche de vaca , es recomendable, especialmente en las mujeres que están amamantando, un suplemento de calcio.
Asimismo, se recomienda la leche descremada por su bajo contenido de grasas saturadas. Aunque los niños, dependiendo de su estado nutricional, deben tomar leche entera hasta los seis u ocho años. Luego, semi o descremada.
Sí, una taza de leche es equivalente a un yogurt, un trozo de quesillo o queso. Los derivados mantienen el aporte de todos los nutrientes, a excepción del queso que tiene más grasa que la leche descremada.
Pero, la leche sigue siendo el principal recurso del que se obtienen calcio, vitaminas y minerales. Es el alimento más eficiente para lograr la fijación de calcio en los huesos y evitar así la osteoporosis. Aunque la absorción de calcio se logra hasta los 20 años, durante el resto de la vida, el calcio sigue siendo necesario para, entre otras, funciones, el movimiento de los músculos y una serie de fenómenos fisiológicos.
Este artículo fue realizado con la colaboración de Patricia Rodríguez, nutricionista de Clínica Alemana.