Que si las van a examinar o no, que les da demasiada vergüenza, que no se atreven a hablar de ciertos temas. Estos y otros miedos son los que rodean la primera visita al ginecólogo en las adolescentes.
“Para tranquilizar a las adolescentes en su primera consulta al ginecólogo, hay que explicarles que en esta ocasión no necesariamente se examinan los genitales, sino que lo habitual es hacer revisiones generales como medir, pesar, revisar las mamas y ver cómo están los vellos para determinar posibles trastornos hormonales y aconsejar respecto de las vacunas que debieran ser colocadas en la adolescencia”, explica la doctora Andrea Schilling, ginecóloga infanto-juvenil de Clínica Alemana.
Agrega que es la instancia perfecta para explicarle a la paciente el calendario menstrual, cómo llevar un registro, qué toallas higiénicas debe usar y así aclarar todas sus dudas.
Otro aspecto importante que se debe considerar en la primera consulta al ginecólogo, es elegir muy bien a qué profesional acudir, porque si este tema es importante para una mujer adulta, más aún lo es para una joven, que en esta etapa de su vida tiende a ser más pudorosa con su cuerpo.
Lo ideal es que se establezca un vínculo con la adolescente para así poder tocar temas que a veces no los habla con sus padres. La joven necesita saber que el especialista no comentará lo que le han confiado y aunque los médicos mantengan el secreto profesional, para tranquilidad de la paciente, muchas veces es preferible que no sea el mismo doctor el que atienda a madre e hija.
Por último, la doctora Schilling dice que es sumamente importante que después de la primera consulta ginecológica se establezca un hábito de control preventivo, al menos una vez al año, para corroborar que esté todo en orden.