Frente a esto es necesario conocer cuáles son los riesgos que se corren al combinar estas sustancias. Las más frecuentes son:
Bebidas energéticas
Las personas que consumen estas gaseosas con alcohol buscan anular el efecto de este último para estar más activo y así festejar por más tiempo o evitar emborracharse, sin embargo, esto es un mito. Además, al intoxicarse con esta mezcla se producen alteraciones mentales y motoras que afectan la percepción, es decir, el consumidor no se da cuenta de que sus funciones están limitadas, lo que puede llevarlo a correr graves riesgos.
Otro problema asociado es que las bebidas energéticas tienen como principal componente la cafeína y, como el exceso de esta, puede provocar síntomas como taquicardia, sensación de angustia, crisis de pánico e incluso arritmias. Por eso lo adecuado es no consumir más de tres latas de este producto en un periodo de 24 horas.
Viagra
Desde el punto de vista farmacológico no hay inconvenientes si se consume con alcohol. No obstante, hay que considerar que lo que se busca con el viagra es un efecto en pro de la libido y el alcohol es un depresor del sistema nervioso central que interfiere con el desempeño sexual, por lo tanto, el efecto de este remedio se puede ver disminuido.
Ansiolíticos
Con esta mezcla los efectos secundarios se suman, por ejemplo, si el alcohol da sueño y se toma con clonazepan, diazepan o alprazolam la persona puede caer en un coma o un estado profundo de sueño, quedando muy poco reactiva hasta el punto de vomitar y ahogarse. Además se deprimen todas las funciones, por lo que cualquier tarea que se quiera realizar como cocinar o manejar va a ser muy difícil y peligrosa.
Antidepresivos
En general, tomar estos fármacos en dosis bajas, con un consumo moderado de alcoholes suaves como la cerveza, champaña y vinos de baja graduación alcohólica, no debiera generar efectos secundarios. Sin embargo, si se consumen con destilados (pisco, vodka, ron, etc.) las personas pueden tener palpitaciones, sensación de pecho apretado, mareos y dolor de cabeza.
Todos estos efectos se presentan en ambos géneros, pero como las mujeres en general pesan menos y tienen menor tolerancia al alcohol, pueden ser más proclives a intoxicarse que los hombres.
Como medidas de prevención, el especialista recomienda evitar mezclar estas sustancias con alcohol. En caso de no poder, hacerlo con dosis bajas de alcohol y en la casa (entorno controlado) para determinar qué efectos se generan, ya que estos son idiosincráticos (le pasan a uno y a nadie más). Por último, si se va a una fiesta es recomendable postergar el consumo del medicamento hasta regresar a la casa.
Teléfono: 2101060
El efecto del alcohol no es el mismo con todos los medicamentos ni con las bebidas energéticas, y en ocasiones su interacción puede llegar a ser grave. El doctor Leonardo Serra, neurólogo del Centro del Sueño de Clínica Alemana, explica que “el consumo crónico frecuente del alcohol afecta de dos maneras al hígado. Primero, al ser un 'inductor' hepático entrena a este órgano para que metabolice más rápido los medicamentos reduciendo así sus efectos (menos intensos y/o más cortos). Segundo, cuando por abuso ya hay daño hepático, disminuye su capacidad de limpiar el cuerpo de los remedios, lo que produce una prolongación de los efectos de los medicamentos, una aparición de efectos secundarios o intoxicación por las dosis normales”
Frente a esto es necesario conocer cuáles son los riesgos que se corren al combinar estas sustancias. Las más frecuentes son:
Bebidas energéticas
Las personas que consumen estas gaseosas con alcohol buscan anular el efecto de este último para estar más activo y así festejar por más tiempo o evitar emborracharse, sin embargo, esto es un mito. Además, al intoxicarse con esta mezcla se producen alteraciones mentales y motoras que afectan la percepción, es decir, el consumidor no se da cuenta de que sus funciones están limitadas, lo que puede llevarlo a correr graves riesgos.
Otro problema asociado es que las bebidas energéticas tienen como principal componente la cafeína y, como el exceso de esta, puede provocar síntomas como taquicardia, sensación de angustia, crisis de pánico e incluso arritmias. Por eso lo adecuado es no consumir más de tres latas de este producto en un periodo de 24 horas.
Viagra
Desde el punto de vista farmacológico no hay inconvenientes si se consume con alcohol. No obstante, hay que considerar que lo que se busca con el viagra es un efecto en pro de la libido y el alcohol es un depresor del sistema nervioso central que interfiere con el desempeño sexual, por lo tanto, el efecto de este remedio se puede ver disminuido.
Ansiolíticos
Con esta mezcla los efectos secundarios se suman, por ejemplo, si el alcohol da sueño y se toma con clonazepan, diazepan o alprazolam la persona puede caer en un coma o un estado profundo de sueño, quedando muy poco reactiva hasta el punto de vomitar y ahogarse. Además se deprimen todas las funciones, por lo que cualquier tarea que se quiera realizar como cocinar o manejar va a ser muy difícil y peligrosa.
Antidepresivos
En general, tomar estos fármacos en dosis bajas, con un consumo moderado de alcoholes suaves como la cerveza, champaña y vinos de baja graduación alcohólica, no debiera generar efectos secundarios. Sin embargo, si se consumen con destilados (pisco, vodka, ron, etc.) las personas pueden tener palpitaciones, sensación de pecho apretado, mareos y dolor de cabeza.
Todos estos efectos se presentan en ambos géneros, pero como las mujeres en general pesan menos y tienen menor tolerancia al alcohol, pueden ser más proclives a intoxicarse que los hombres.
Como medidas de prevención, el especialista recomienda evitar mezclar estas sustancias con alcohol. En caso de no poder, hacerlo con dosis bajas de alcohol y en la casa (entorno controlado) para determinar qué efectos se generan, ya que estos son idiosincráticos (le pasan a uno y a nadie más). Por último, si se va a una fiesta es recomendable postergar el consumo del medicamento hasta regresar a la casa.
Teléfono: 2101060