Una de las decisiones más difíciles que les corresponde tomar a los padres es la elección del colegio de sus hijos. En esta oportunidad, Sonia Castro, psicóloga de Clínica Alemana, entrega una pauta a los papás que, por estos días, eligen el futuro lugar de estudio de su hijo preescolar.
Alternativas: para definir las opciones, la especialista aconseja averiguar si los establecimientos cumplen con los objetivos de educación planteados en relación al idioma, deportes, actividades extra-programáticas, religión, entre otros.
Reconocimiento del lugar: durante la visita al colegio, los papás deben fijarse en que este cuente con una infraestructura (salas, comedores, patios y baños) segura, limpia y cómoda. Además, tienen que poner atención en el trato, respeto, amabilidad y vestimenta de los funcionarios de la institución.
Otros de los factores que se pueden considerar son el número de alumnos por curso, la filosofía del establecimiento, los puntajes Simce y PSU, el desempeño de los profesores (capacitaciones, grados académicos, experiencias, etc.), y la distancia entre el colegio y la casa.
Jornada: aunque no es una regla establecida, la recomendación es que los preescolares asistan al colegio durante la mañana. Esto ayuda a los niños a generar hábitos de sueño y horario que los van a preparar para procesos posteriores (estudio y trabajo).
Actividades extra-programáticas: los cursos y talleres que se realizan fuera del horario de clases permiten que los niños desarrollen sus habilidades motoras, sociales y físicas.
Compartir colegio: es ideal que el preescolar esté en el mismo establecimiento que sus hermanos o familiares, ya que le permite contar con más redes de apoyo.
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¿Cómo ayudar a los niños en este proceso de cambio?
En el caso de los pequeños que han asistido a un jardín infantil, la psicóloga explica que esta etapa debe enfrentarse con normalidad, ya que ellos saben lo que es cumplir con horarios de entrada y salida, colaciones, tareas y celebraciones.
En cambio, aquellos que solo han estado en su casa deben recibir apoyo, especialmente, en el tema de los horarios y la independencia para ir al baño o comer fuera del hogar, por ejemplo.
Hay que considerar que entre los 4 y 5 años, edad en que los pequeños ingresan al sistema escolar, ya están preparados en términos de madurez. “Lo importante es conversar con el niño para ver cómo se relaciona con su nuevo entorno, desarrollar hábitos de estudio de acuerdo a su edad y reforzar rutinas de comida, lavado de dientes, entre otras”, comenta la especialista. |
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