El embarazo es un tiempo lleno de emociones, cambios y sobre todo, muchas expectativas. Para vivir este proceso de la mejor forma posible, es fundamental vigilar tu salud, tanto física como emocional.
Son esenciales para garantizar tu bienestar. Lo ideal es iniciar las visitas al ginecólogo incluso antes del embarazo, para realizar un chequeo general y evaluar cualquier condición preexistente.
Durante estas consultas, el médico verá contigo entre otros temas:
Tu peso, presión arterial y signos vitales.
Te solicitará exámenes de sangre y orina. Además, de ecografías para monitorear el desarrollo del bebé.
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Durante el embarazo, tu cuerpo necesita más nutrientes para apoyar el crecimiento y desarrollo del bebé. Por lo que es muy valiosa una alimentación saludable, especialmente los primeros meses.
Busca consumir variedad de frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y productos lácteos. Elige productos ricos en ácido fólico, hierro, calcio y vitamina D. Además, aumenta la ingesta de agua durante todo el día.
El ejercicio puede ayudarte a mantener un peso saludable, mejorar tu estado de ánimo, reducir el riesgo de complicaciones y prepararte para el parto. Sin embargo, es importante que consultes con tu ginecólogo antes de comenzar a realizarlo. Algunos sugeridos por su seguridad en esta etapa son caminar, nadar, yoga, pilates, entre otros.
A pesar de que el embarazo es una experiencia emocionante, puede ser agotadora tanto física como emocionalmente. Reserva tiempo para descansar y recargar energías. Duerme lo suficiente, entre 7 a 9 horas, haz siestas durante el día y practica técnicas de relajación.
Es importante que evites ciertas actividades y hábitos, por ejemplo:
Fumar: puede traer graves consecuencias para la salud de tu hijo, como problemas respiratorios, muerte fetal y defectos congénitos.
Tomar alcohol: incluso en pequeñas cantidades, puede causar el síndrome de alcoholismo fetal (SAF), un trastorno que ocasiona discapacidades físicas y mentales permanentes en el bebé.
Consumir drogas ilegales: como los narcóticos, cocaína, heroína y metanfetamina, pueden atravesar la placenta, provocando graves problemas como aborto espontáneo e incluso muerte fetal.
Exponerse a la radiación: al realizarte radiografías o tomografías computarizadas, puede ser dañino para el bebé. Si necesitas realizarte alguno de estos procedimientos, consulta previamente con tu médico.
Evita alimentos crudos: como las carnes, pescados y huevos sin cocinar, también las leches y quesos sin pasteurizar.
Experimentar estrés excesivo: mantenerse en un estado de tensión constante puede tener un impacto negativo en la gestación.
Recuerda que cada embarazo es único, por lo que siempre es necesario consultar con tu médico para obtener información personalizada y garantizar un que estos meses sean saludables y felices.
Es importante que sepas:
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