Esta lesión es la ruptura total o parcial de fibras musculares, lo que genera un dolor local muy intenso, inflamación y dificultad para mover la zona afectada.
El doctor Gonzalo Fernández, médico deportólogo de Clínica Alemana, explica que se puede producir por diferentes motivos. Los más comunes son un traumatismo directo (golpe, choque, etc.) o fatiga muscular, debido
por lo general a una práctica deportiva de alta intensidad en que se excede temporalmente el uso del músculo.
También son más vulnerables las personas sedentarias, ya que sufren un debilitamiento de las fibras musculares, lo que las hace más propensas a sufrir un desgarro. Otro factor de riesgo es la desnutrición, ya que debilita la capacidad contráctil de las fibras musculares y las hace más susceptibles al daño, al igual que la deshidratación.
En caso de desgarro muscular, en una primera instancia, es importante realizar reposo, es decir, no practicar actividad física. También se puede aplicar frío local,
elevar la extremidad afectada y comprimir la zona con una venda.
Posteriormente -asegura el doctor Fernández-, es importante iniciar el tratamiento con kinesiterapia, enfocándose en desarrollar estrategias terapéuticas para lograr un adecuado proceso de cicatrización muscular. Esto incluye aplicación de frío, ultrasonido, trabajo de fortalecimiento muscular y de flexibilidad.
Si bien los desgarros musculares son frecuentes en deportistas de alto rendimiento,
suelen serlo más aún en aquellos que solo practican actividad física en algunas ocasiones, como los llamados 'deportistas de fin de semana'.
Esta lesión es la ruptura total o parcial de fibras musculares, lo que genera un dolor local muy intenso, inflamación y dificultad para mover la zona afectada.
El doctor Gonzalo Fernández, médico deportólogo de Clínica Alemana, explica que se puede producir por diferentes motivos. Los más comunes son un traumatismo directo (golpe, choque, etc.) o fatiga muscular, debido
por lo general a una práctica deportiva de alta intensidad en que se excede temporalmente el uso del músculo.
También son más vulnerables las personas sedentarias, ya que sufren un debilitamiento de las fibras musculares, lo que las hace más propensas a sufrir un desgarro. Otro factor de riesgo es la desnutrición, ya que debilita la capacidad contráctil de las fibras musculares y las hace más susceptibles al daño, al igual que la deshidratación.
En caso de desgarro muscular, en una primera instancia, es importante realizar reposo, es decir, no practicar actividad física. También se puede aplicar frío local,
elevar la extremidad afectada y comprimir la zona con una venda.
Posteriormente -asegura el doctor Fernández-, es importante iniciar el tratamiento con kinesiterapia, enfocándose en desarrollar estrategias terapéuticas para lograr un adecuado proceso de cicatrización muscular. Esto incluye aplicación de frío, ultrasonido, trabajo de fortalecimiento muscular y de flexibilidad.