Para combatir este flagelo, cada 4 de febrero, la OMS apoya a la Unión Internacional contra el Cáncer, promoviendo medios para aliviar la carga mundial de la enfermedad, tarea en la que la prevención y el aumento de la calidad de vida de los enfermos son claves. Este año el lema es “Juntos es posible”, con el propósito de hacer un llamado a personas, organismos y gobiernos a trabajar unidos para reducir las muertes por esta causa.
El cáncer se produce por la transformación de una célula normal en una tumoral, proceso que tiene varias etapas y suele consistir en la progresión de una lesión precancerosa a un tumor maligno. Estas alteraciones son el resultado de la combinación de factores genéticos y agentes externos como las radiaciones ultravioleta o ionizantes, componentes del humo de tabaco, amianto, arsénico e infecciones, como hepatitis B y virus papiloma humano (VPH).
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También hay factores de riesgo relacionados con malos hábitos como el alcoholismo y el consumo insuficiente de frutas y hortalizas. El envejecimiento es otro elemento que influye en su aparición, probablemente porque con los años se acumulan factores de riesgo y disminuye la eficacia de los mecanismos de reparación celular.
Actualmente, los avances en medicina han mejorado la expectativa de vida de muchos enfermos de cáncer. En este sentido, el doctor Felipe Capdeville, jefe del Departamento de Oncología de Clínica Alemana, explica que en muchas áreas ha existido un considerable aumento en la sobrevida de los pacientes, producto de muchos años de investigación y trabajo dedicado al tema.
“Sin embargo, uno de los cambios más notorios en los últimos años es el trabajo multidisciplinario y transdiciplinario que implica la unión de una serie de especialistas de diferentes áreas, como medicina tradicional, rehabilitación, reinserción psicosociolaboral y medicina no tradicional, entre otros, con el fin de tratar mejor al paciente y su entorno. Esto ha permitido optimizar el tratamiento integral, lo que se ha traducido en una mejor calidad de vida para el enfermo”, afirma.
A pesar de estos avances, la principal arma sigue siendo la prevención y detección precoz. Es más, de acuerdo a la OMS, más del 30% de los cánceres podría evitarse modificando o evitando los siguientes factores de riesgo:
•Consumo de tabaco
•Exceso de peso o la obesidad
•Insuficiente ingesta de frutas y hortalizas
•Sedentarismo
•Consumo de bebidas alcohólicas
•Infección por el VPH
•Contaminación del aire de las ciudades
•Humo generado en la vivienda por la quema de combustibles sólidos
Considerando todo esto, el doctor Capdeville destaca que “el desafío futuro es trabajar cada vez más en mejorar la calidad de vida, concientizar sobre la importancia de prevenir y desarrollar la investigación”.
Centro Integral de Oncología
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