Ximena pensó que el malestar que sentía en la boca del estómago era parte de su reflujo. Luego se sumó una rigidez en la mandíbula que nunca antes había sentido. Pocas horas después apareció un dolor en las muñecas, similar al de reumatismo. Finalmente, esa pequeña molestia creció y se convirtió en un dolor fuerte y constante que le dificultaba respirar. La suma de estos síntomas derivó en un temido diagnóstico: infarto agudo al miocardio.
Así, Ximena Pascual, de 63 años, pasó a formar parte del gran grupo de mujeres que sufre esta enfermedad. Pero, afortunadamente, no pertenece al alto porcentaje de chilenas que muere cada año. Según la Organización Panamericana de la Salud, las enfermedades isquémicas del corazón son la segunda causa de muerte en mujeres chilenas, con un 8%, ubicándose después de las patologías cerebrovasculares.
Ese sábado 17 de marzo, Ximena y su marido estaban en Olmué y después de almuerzo le empezaron las primeras molestias.
Él, sin ser doctor, sospechó lo que pasaba y decidió llevarla al hospital más cercano.
“Pero le dije que no, que me iba a Clínica Alemana. Cerramos la casa y partimos. No tengo mucha noción del viaje, pero sé que me atendieron apenas llegamos a la Urgencia y en poco rato ya me estaban haciendo el tratamiento. Gracias a mi marido y a la clínica estoy viva”, asegura.
A Ximena se le practicó una angioplastía, procedimiento en que se inserta —a través de una arteria periférica— un catéter con un balón en su extremo. Al llegar a la lesión coronaria, se infla el balón y quiebra la placa de grasa calcificada que obstruye la circulación.
Agrega que es vital que la apertura de la arteria ocluida se realice en el menor tiempo posible para reducir la dimensión del daño cardiaco, como ocurrió en este caso. “Eso fue mérito de su esposo que la trajo rápidamente desde un lugar alejado hasta Clínica Alemana, institución que cuenta con Servicio de Hemodinamia activo las 24 horas del día, los siete días de la semana”.
Tal como la aparición de sus síntomas, la recuperación también fue rápida. “Al día siguiente del infarto, empecé el tratamiento con kinesiólogos, quienes me hicieron caminar. Al principio me sentía débil y muy insegura, pero a la semana inicié la rehabilitación cardiaca, con bicicleta, corredora y mucha caminata. Siempre me agregaban algo nuevo, era rico y alentador. Esto me dio plena seguridad de mi vida, de cómo actuar. Antes tenía susto, pero ya no. Mi rutina era más pasiva y me cansaba, pero ahora tengo ganas de hacer cosas. Relacionaba no querer salir a caminar con mi sobrepeso y el asma, pero era mi corazón y yo no lo sabía”, cuenta Ximena Pascual.
Aunque su papá murió de un infarto, a los 72 años, ella no pensó que podía pasarle algo similar y, por su edad, nunca se preocupó de posibles factores de riesgo. Pero todo cambió con esta segunda oportunidad.
“Me dio un infarto agudo al miocardio y todo comenzó sin darme cuenta. Ahora me cuido porque hay toda una vida y pude haber muerto en el trayecto. Están tus nietos, tu marido y tantas cosas por las que seguir adelante. Y por ti misma también”, concluye Ximena Pascual.
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Corazón de Mujer
Se cree que las mujeres prácticamente no se enferman del corazón y, efectivamente, estas patologías son poco frecuentes en ellas antes del climaterio gracias a la protección que dan las hormonas femeninas, las cuales influyen en el colesterol y otorgan protección vascular. “Pero, con la menopausia, esta barrera defensiva se acaba, por lo tanto, aumenta el riesgo de tener una enfermedad cardiovascular y las estadísticas de mortalidad por esta causa se equiparan a las de los hombres”, asegura el doctor Aspée. Considerando la dimensión de este problema, a nivel internacional se hacen campañas para enseñar a la población a disminuir los factores de riesgo, como hipertensión arterial, colesterol elevado, diabetes, sobrepeso y obesidad, sedentarismo, tabaquismo y estrés, entre otros. Clínica Alemana también se suma a estas iniciativas con el Mes del Corazón, programa preventivo que consiste en una serie de exámenes a precios preferenciales, además de actividades abiertas a la comunidad, como charlas educativas y stand de control de colesterol y glicemia sin costo. |
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