La enfermedad de Kawasaki (EK) por definición es una patología del sistema inmunológico que afecta e inflama los vasos sanguíneos y se manifiesta en niños menores de cinco años. Por ello, “debe ser tratada por inmunólogos (autoinmune), cardiólogos (afecta al corazón),pediatras (presente en niños preescolares)e infectologos (fiebre alta superior a 38°)”, explica el doctor Jorge Roque, pediatra de Clínica Alemana.
¿Cuáles son los síntomas?
La primera manifestación de la EK es fiebre alta durante cinco días. Luego, aparecen otras señales como ojos y lengua roja, labios partidos, inflamación de la cicatriz de la vacuna BCG, adenopatías, descamación de las manos y decaimiento.
¿Cómo se diagnostica?
Actualmente, no existe un estudio que detecte específicamente la enfermedad. A partir de los síntomas antes descritos y de diversos exámenes se sospecha su presencia. “El diagnóstico es por descarte. No existe un marcador biológico para decir que es EK positivo o negativo. Pero en estos casos es mejor prevenir”, agrega el especialista.
¿A quiénes afecta?
Las principales víctimas de esta patología son los lactantes y preescolares, es decir, niños entre cero y cinco años.
¿Qué hacer?
La mejor alternativa es administrar gammaglobulina intravenosa al paciente. El doctor Roque explica que “es un anticuerpo que permite bloquear la respuesta autoinmune del niño contra sí mismo y pone fin a la enfermedad”. Por lo general, este fármaco se aplica en una dosis, sin embargo, en algunas ocasiones es necesario repetirla.
El tratamiento debe realizarse en una unidad de cuidados o tratamientos intensivos, que permita controlar sus efectos secundarios (alergia, cefalea, entre otros), monitorear la evolución del paciente y asegurar el fin de la patología. Se requiere un periodo de hospitalización de entre dos y cinco días, según el cuadro febril.
Las cifras que maneja el doctor Roque revelan que, en los últimos diez años, todos los pequeños tratados en Clínica Alemana se han recuperado gracias a la gammaglobulina.
¿Cuáles son las consecuencias?
Si un paciente con EK no recibe tratamiento puede quedar con un importante daño coronario. A largo plazo, puede significar afecciones en la función del corazón: aneurisma de las arterias coronarias, infartos al miocardio e, incluso, la muerte. Según el pediatra, “esta patología es la principal causa de la cardiopatía adquirida en la infancia”.
Desafíos médicos
A 45 años de su descubrimiento, el doctor Roque expone que los estudios actuales están orientados a identificar el agente causal de la enfermedad, determinar algún marcador biológico para su diagnóstico y reconocer las posibles variantes en el cuadro clínico de los pacientes.
Departamento de Pediatría
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