Jorge Andrés Costa:
Ambos exámenes están orientados principalmente a hombres mayores de 45, que son el grupo de mayor riesgo, junto con los que tienen antecedentes familiares y aquellos que mantienen una dieta con alto consumo de grasa.
Hace más de 20 años que Jorge Andrés Costa, de 63 años, decidió hacerse chequeos médicos anuales. En un principio fue por exigencia para obtener un seguro de salud, pero luego, motivado por el clásico “más vale prevenir que lamentar”. Y se cumplió literalmente, porque a fines del año 2007 se le diagnosticó cáncer de próstata.
En los exámenes anteriores, los resultados siempre habían sido buenos, hasta que en un examen físico, el doctor Pablo Bernier, urólogo de Clínica Alemana, detectó una anomalía y eso, sumado a los resultados de los análisis que mostraban una sostenida alza de los niveles de antígeno, llevaron al especialista a sugerir la realización de una biopsia para tener seguridad de qué se trataba: “La biopsia decía lo que uno nunca quiere oír: cáncer de próstata. Aunque era muy incipiente, creo que con un 5% de avance, me sentí horrible, muy desconcertado, era una palabra que estaba acostumbrado a oír para otros, no para mí”, dice Jorge Andrés.
— Si no me hubiera hecho el chequeo preventivo, quizás no lo habrían descubierto a tiempo porque no sólo no tenía antecedentes familiares ni síntomas sino que mis índices de antígeno prostático estaban dentro de los rangos normales.
Y es que en Chile, el cáncer de próstata es la segunda causa de muerte por cáncer en hombres, con 1753 muertes el año 2009. Asimismo, es una enfermedad silenciosa, ya que sus síntomas aparecen tardíamente, cuando la enfermedad está en una fase avanzada. Si se diagnostica incluso antes de los síntomas, aumentan notablemente las posibilidades de tener un tratamiento curativo del cáncer de próstata, por lo que se recomienda realizar un control médico anual.
El doctor Pablo Bernier, urólogo de Clínica Alemana, explica que hay que hacerse un chequeo preventivo anual ya que “nos permiten determinar en qué pacientes es recomendable hacer una biopsia de próstata. Finalmente, los porcentajes de detección en los hombres que han debido someterse a este procedimiento son de alrededor del 40 a 50%, lo que es comparable a las estadísticas internacionales”.
Agrega que se ha demostrado que los programas de detección precoz permiten descubrir tumores en etapas iniciales que, por lo tanto, son susceptibles de ser tratados con un muy buen pronóstico. Incluso, en algunos pacientes, dependiendo del volumen y tipo de células encontradas en la biopsia, es posible efectuar un seguimiento activo sin necesidad de operar.
En el caso de Jorge Andrés, el doctor Bernier sugirió la realización de una prostectomía radical, es decir, extirpar la próstata. “Pedí otras opiniones y le pregunté a un amigo que había sido operado de lo mismo en la Clínica Mayo y le habían hecho la misma cirugía y está muy bien. En ese minuto tomé la decisión, llamé al doctor y le dije ‘opérame’”.
Afortunadamente, gracias a los chequeos preventivos, a Jorge se le diagnosticó el cáncer incipiente y pudo ser operado con éxito en marzo del 2008. A los 10 días, volvió a trabajar.
Jorge Andrés es muy consciente de la importancia de la prevención de cáncer de próstata: “A mí me hizo todo el sentido del mundo hacerse una revisión que me avise a tiempo y no cuando ya estoy mal. Mis amigos no iban por el prejuicio de cómo me lo voy a hacer, pero yo les digo el primer examen es difícil, después uno nunca más se vuelve a cuestionar si vale la pena hacérselo o no. He logrado convencer a varios”, concluye.
El urólogo evalúa la presencia de síntomas y de antecedentes personales e historia familiar. Luego, realiza un examen físico completo que incluye la palpación de la próstata a través de un tacto rectal y solicita un test de antígeno prostático específico (PSA), enzima que se produce normalmente en todas las próstatas y que 'se escapa' a la sangre cuando esta glándula se ve afectada por enfermedades benignas, en la mayoría de los casos, pero también ocurre cuando se trata de cáncer.
Ambos exámenes están orientados principalmente a hombres mayores de 45, que son el grupo de mayor riesgo, junto con los que tienen antecedentes familiares y aquellos que mantienen una dieta con alto consumo de grasa.