Niños y animales: la importancia de la supervisión

08/07/2012
1 min lectura
Niños y animales: la importancia de la supervisión


Los casos más frecuentes son protagonizados por animales domésticos como gatos y perros, y afectan, principalmente, las manos y el rostro de los niños. Ambas mascotas tienden a morder y desgarrar la piel de su víctima, y en el caso de los felinos sus largos y afilados dientes penetran con mayor facilidad en el cuerpo del pequeño.

Primeros auxilios

Frente a la agresión de una mascota, el especialista sugiere:

1.- Lavar la herida con agua fría.
2.- Cubrir la lesión con una tela limpia.
3.- Trasladar al niño a algún servicio clínico.

Tratamiento

La terapia contempla sesiones de curación hasta que la herida cicatrice y, en algunos casos, manejo quirúrgico, administración de antibióticos y prevención antirrábica.

El éxito del tratamiento depende de una consulta precoz, profundidad, ubicación y extensión de la herida. También es clave la calidad de la primera atención y determinar cuáles son los tejidos comprometidos. Por ejemplo, cuando el agresor es un gato, hay que poner especial cuidado en la lesión, ya que esta tiende a infectarse con más frecuencia.

Prevención

  • Evitar dejar al niño a solas con el animal.
  • Poner atención a los signos de agresividad de la mascota.
  • Supervisar todas las actividades del niño.
  • Enseñar al pequeño a no molestar al animal mientras come o duerme.
  • Evitar que el niño provoque a la mascota.

 

Departamento de Pediatría

Teléfono: 2101015

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Las mascotas ayudan a los niños a desarrollar la afectividad y responsabilidad, sin embargo, no hay que olvidar que son animales y que reaccionan como tales, por instinto. Por esta razón, pueden constituir un importante foco de peligro para los niños dentro del hogar. 'La mayoría de estos accidentes ocurren porque los pequeños juegan de forma desinhibida o sin precauciones, y el animal se enoja y lo ataca', explica el doctor Francisco Saitua, jefe de la Unidad de Cirugía Infantil de Clínica Alemana.


Los casos más frecuentes son protagonizados por animales domésticos como gatos y perros, y afectan, principalmente, las manos y el rostro de los niños. Ambas mascotas tienden a morder y desgarrar la piel de su víctima, y en el caso de los felinos sus largos y afilados dientes penetran con mayor facilidad en el cuerpo del pequeño.

Primeros auxilios

Frente a la agresión de una mascota, el especialista sugiere:

1.- Lavar la herida con agua fría.
2.- Cubrir la lesión con una tela limpia.
3.- Trasladar al niño a algún servicio clínico.

Tratamiento

La terapia contempla sesiones de curación hasta que la herida cicatrice y, en algunos casos, manejo quirúrgico, administración de antibióticos y prevención antirrábica.

El éxito del tratamiento depende de una consulta precoz, profundidad, ubicación y extensión de la herida. También es clave la calidad de la primera atención y determinar cuáles son los tejidos comprometidos. Por ejemplo, cuando el agresor es un gato, hay que poner especial cuidado en la lesión, ya que esta tiende a infectarse con más frecuencia.

Prevención

 

Departamento de Pediatría

Teléfono: 2101015


Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.
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