El marco de una cama vieja, muchos resortes y una tela fueron suficiente para crear al antepasado de las camas saltarinas, en 1934, cuando el gimnasta estadounidense George Nissen inventó este elemento para practicar sus saltos, inspirado en las mallas de seguridad utilizadas por los trapesistas en los circos.
La llamó trampolín y recorrió su país mostrando su creación, la que tuvo mucho éxito, incluso fue utilizada por pilotos de combate y en programas espaciales. Décadas después, en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, su invento fue elevado a disciplina olímpica.
Estas camas, que antes eran exclusivas de los parques de diversiones, actualmente, se pueden ver en los jardines de muchas casas. Así de populares son las camas saltarinas, tan atractivas para niños y adolescentes.
Sin embargo, según la Academia Americana de Pediatría, su uso casero no es recomendable. Describe que la mayoría de las lesiones se produce cuando hay muchas personas saltando al mismo tiempo y los más afectados son los menores de cinco años, tanto por ser más livianos como por tener menos habilidades motoras. Asimismo, aclara que ponerles relleno alrededor o mallas protectoras no ha demostrado una disminución en la cantidad de lesiones.
La segunda causa de lesiones tiene relación con caídas al suelo, sobre todo cuando la superficie sobre las que están ubicadas es irregular. Otras causas son impacto con el marco y resortes.
“Las lesiones por cama elástica son frecuentes en Urgencia Escolar, vemos hasta tres por semana. Esto aumenta a fin de año, ya que es un regalo habitual en Navidad. Las más leves son esguinces de tobillo, mano y cuello, seguidas por fracturas de brazo, tobillo y mano, así como luxaciones de cuello, tobillo o dedos, producidas al caer sobre su cuerpo y doblarse el brazo, el cuello o los tobillos”, afirma el doctor Guillermo Correia, jefe del Departamento de Urgencia Escolar de Clínica Alemana.
Entre las más graves están las lesiones de cuello con daño de cuerpos vertebrales, fracturas y daño serio a la columna cervical, producida por la flexión severa del cuello al caer doblado al piso de la cama.
El especialista agrega que las camas saltarinas son peligrosas y los niños deberían ser supervisados por adultos al jugar en ellas. Coincide con lo estipulado por la Academia Americana de Pediatría que afirma que la supervisión debiera ser en todo momento, aunque también reconoce que muchos adultos desconocen las medidas de seguridad y los accidentes ocurren en su presencia.
El doctor Correia aconseja que lo más importante, además de la supervisión y las protecciones laterales de la cama que evitan la caída fuera de esta, “es que no jueguen niños de peso o edad diferentes, ya que muchos de los accidentes que vemos son causados porque saltan los pequeños junto a los más grandes y/o de más peso, los que provocan mayor rechazo en el salto, haciendo salir o saltar muy violentamente a los más chicos”, concluye.
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