Si bien el trote es uno de los ejercicios que no necesita implementos para ser practicado, sí hay que tomar en cuenta algunas precauciones generales para evitar lesiones y obtener buenos resultados deportivos, que van desde usar zapatillas correctas hasta alimentarse adecuadamente.
El doctor Gonzalo Fernández, deportólogo del Programa Prodeporte de Clínica Alemana, da algunos consejos:
Un chequeo médico que tiene dos partes. La primera es una evaluación médica que detecte factores de riesgo personales o familiares para enfermedad cardiovascular y la segunda, una evaluación física que pesquise elementos relacionados con enfermedades cardiovasculares o musculoesqueléticas. Adicionalmente, y de acuerdo a la evaluación, se piden estudios complementarios como exámenes cardiológicos (electrocardiograma, test de esfuerzo o ecocardiograma) y algunos análisis de sangre.
Es muy similar entre hombres y mujeres, es decir, lesiones musculares, de tendones, ligamentosas y articulares. Las zonas más expuestas son las extremidades inferiores, el tobillo y la rodilla.
Empezar de manera progresiva la práctica de trote, inicialmente corriendo a una intensidad baja y poca cantidad de kilómetros. Asimismo, preocuparse de utilizar zapatillas adecuadas al tipo de pisada y realizar ejercicios complementarios que ayuden a fortalecer la musculatura y aumentar la flexibilidad, principalmente, de las piernas.
Lo ideal es siempre parar cuando hay dolor, ya que es el síntoma habitual que avisa que una lesión se está produciendo.
En general, se les recomienda inicialmente deportes de baja impacto como elíptica y bicicleta. Una vez que el deportista haya bajado de peso, puede progresar al trote.
Es fundamental hidratarse antes, durante y después de realizar la actividad física. Las bebidas isotónicas son muy adecuadas, principalmente, para carreras de más de 45 minutos de duración y para periodos en que existe calor, ya que suplementan minerales que se pierden a través del sudor.
Se recomienda que dos horas antes tomen un desayuno rico en hidratos de carbono, como cereales, pan y lácteos. Otra opción es comer frutas como plátano o jugos naturales.
Se comen antes de correr y durante la carrera (en forma de bebidas isotónicas o gel de glucosa). Ellos otorgan la energía para poder realizar el deporte, sobre todo cuando es más intenso.
Estos nutrientes ayudan a recuperar el músculo. El mejor momento para consumirlas es luego del entrenamiento.