Los más comunes son insomnio, somnolencia excesiva y apnea del sueño (pausas de la respiración mientras se duerme, que suelen ir acompañadas de ronquidos), entre otros.
Si bien no hay una cantidad de horas ideal para dormir, existen ciertos parámetros de acuerdo a la edad. Lo más importante es que el tiempo que se dedique a esta actividad sea suficiente para obtener una sensación de descanso adecuada.
CONSECUENCIAS
De uno a tres años (no hay estudios en niños más pequeños)
Irritabilidad, frustración, y por sobre todo incapacidad de modular emociones con inadecuación o incapacidad de aprovechar estímulos positivos y confusión y falta de adaptación ante problemas. Se han demostrado además mayor riesgo de caídas y lesiones.
Preescolar, escolar y adolescente
Cuando un niño no duerme las horas necesarias o lo hace en forma fragmentada, disminuye su capacidad de concentración y se altera su humor, lo que se traduce en menos energía y deseos de aprender. Además, tiene dificultades para modular sus impulsos, está más hiperactivo e irritable, y se frustra con mayor facilidad, lo que finalmente interfiere en la capacidad para adquirir nuevos conocimientos.
Además, se ven afectados el proceso de consolidación de la memoria y la función ejecutiva, es decir, la flexibilidad para adaptarse a situaciones nuevas.
A nivel fisiológico, se ha visto que un sueño deficiente se puede traducir en problemas de crecimiento, cardiopatías y un mal desarrollo en el niño.
Adulto
Los trastornos del sueño tienen numerosas consecuencias, entre las que destacan la excesiva somnolencia diurna, que según los estudios norteamericanos es la segunda causa de accidentes automovilísticos. Además, las personas que duermen mal tienen una mayor tendencia a cometer errores y a sufrir problemas de memoria, lo que suele afectar negativamente el rendimiento laboral.
También se producen alteraciones, principalmente de tipo inmunológico y hormonal. Se le ha asociado, además, trastornos del ánimo, obesidad, diabetes e hipertensión.
Cuando se trata de apnea del sueño, puede derivar en el deterioro de la vida en pareja, ya que los ronquidos son molestos y, además, la otra persona se angustia al ver que el otro no respira.
Adulto mayor
Después de los 65 años, el descanso nocturno es menor (alrededor de seis a siete horas), ya que las etapas más profundas del sueño disminuyen con la edad, pero los adultos mayores suelen compensarlo durmiendo durante el día.
En la tercera edad, dormir mal dificulta la concentración, genera irritabilidad y trastornos del ánimo. Esto disminuye el rendimiento intelectual y físico.
Este artículo se hizo con la colaboración del doctor Leonardo Serra, neurólogo del Centro del Sueño de Clínica Alemana.