Los zapatos ideales para dar los primeros pasos

20/05/2013
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Los zapatos ideales para dar los primeros pasos

En el reino animal, hay muchas especies que dan sus primeros pasos a los pocos minutos de nacidos, mientras que otras requieren mucho más tiempo para ponerse de pie, entre ellas, los seres humanos, quienes generalmente lo hacen entre los nueve meses y el año de edad. Es en ese momento cuando se vuelve necesario un elemento que los acompañará el resto de su vida: los zapatos.

 

El doctor Enrique Testart, traumatólogo infantil de Clínica Alemana, explica que la primera forma de movilidad en los niños la constituye el “gateo”, luego vienen los “parados” para finalmente iniciar la marcha espontánea y libre. En este proceso, el uso de calzado tiene como objetivo proteger el pie, tanto de las condiciones climáticas como de eventuales accidentes en el desplazamiento.

 

“Para gatear requieren de un calzado blando, liviano y muy flexible, de manera que proteja el pie del roce y permita apoyarlo con la flexión propia de este tipo de desplazamiento. Luego, cuando comienzan a caminar, se debe optar por un zapato que, además de tener las características mencionadas, sea plano, holgado y adherente al piso (que no resbale). También es importante que sea flexible, de manera que al pisar, el niño pueda doblar el pie en el pliegue de flexión de los dedos, lo que le otorga mayor estabilidad. Además, así puede sentir a través del material el tipo de superficie en que se apoya, lo que mejora las condiciones de la marcha”, explica.

 

En cuanto a los materiales del calzado, hay que considerar que todos los niños transpiran a través de los poros de la piel, sobre todo en sus pies, los que al activarse con el ejercicio suelen humedecer el interior del calzado y al calcetín.

 

El especialista sostiene que “si el zapato no absorbe esta humedad -lo que suele ocurrir con los zapatos sintéticos- aumentan las posibilidades de presentar lesiones alérgicas, por frote y hongos. Para evitar esto es aconsejable usar calzado de cuero o tener dos pares de zapatos, los que pueden intercambiarse al mediodía, dejando ventilar por la tarde el que se usó en la mañana.

 

También recomienda el modelo con cordones, ya que es más fácil de ajustar al pie, sin embargo, hay que evitar comprimirlo con un cierre muy apretado que frene la circulación sanguínea normal.

 

Recomendaciones

El doctor Testart explica que uno de los errores más frecuentes es buscar modelos de zapatos con un realce del arco longitudinal interno. Esto no se debe hacer porque, en la práctica, esta curvatura es sostenida por los músculos, los cuales no se desarrollan al elevarla artificialmente.

 

En este sentido, explica que en el desarrollo del pie, influyen variables genéticas, del crecimiento intrauterino y, finalmente, de la vida fuera del útero. Las dos primeras no se pueden manejar y solo excepcionalmente llegan a ser un problema, como las llamadas malformaciones. En cambio, a partir del nacimiento, el desarrollo de los músculos es la variable más importante en la correcta formación del pie. En este proceso el ejercicio es clave. Por eso, se aconseja que los niños incorporen en su rutina la actividad física, desde caminar hasta deportes de mayor exigencia.
 
“Por último, no olvidemos que la naturaleza es la más sabia consejera, y dado que llegamos a este mundo “descalzos”, dejemos que nuestros niños usen sus pies de esta forma en la medida de lo posible, es decir, siempre que la superficie lo permita -como en la arena de la playa o en un césped bien cuidado y limpio- y considerando las condiciones climáticas.
 


Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.
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