“Vivía con inhalador de rescate”, cuenta Juan Carlos Michels (73), al recordar los seis años que sufrió de asma grave, enfermedad crónica caracterizada por ataques recurrentes de falta de aire que en los casos más críticos puede, incluso, causar la muerte. Solo en 2011, tuvo 14 atenciones de urgencia por esta causa y en 2012, 17. Sin embargo, este año es distinto, la cifra se redujo a cero, gracias a un innovador procedimiento llamado termoplastía bronquial.
Este ingeniero metalúrgico se convirtió en enero de 2013 en la primera persona sometida en Chile a este nuevo tratamiento, introducido al país por Clínica Alemana, la única institución –junto a otro centro de Colombia– certificada en Latinoamérica para efectuarlo.
El procedimiento cambió la vida de Juan Carlos, quien pasó años luchando contra esta incapacitante enfermedad que se le presentó sorpresivamente en 2006. “Hasta los 66 años tuve una excelente salud, pero de vuelta de un veraneo, empecé con problemas respiratorios, los que se agravaron un mes después, cuando fui a Argentina por trabajo”.
Como experto en procesamiento de minerales, para él era habitual visitar proyectos mineros a más de 4.000 metros de altura, pero ese día fue diferente. “Ahí sufrí mi primer ataque grave de asma. No podía respirar, sentía las vías aéreas absolutamente cerradas. Llamé a emergencias médicas”, recuerda.
Durante los años siguientes, las crisis se hicieron cada vez más recurrentes, sobre todo en otoño e invierno, debido a las bajas temperaturas y la peor calidad del aire. “El asma me ha limitado mucho; produce mucha angustia, dificultad para caminar y falta de fuerza. Ni hablar de cuando viene una crisis grave, es una sensación de asfixia terrible”, cuenta.
“Averigüé y pensaba ir a Estados Unidos a realizármelo, de hecho ya estaba en conversaciones con centros de allá, pero todo se dio para que pudiera intervenirme acá”, cuenta.
Juan Carlos supo que en Clínica Alemana existía una iniciativa al respecto liderada por el doctor Sebastián Fernández-Bussy, jefe del Servicio de Neumología Intervencional, quien a raíz de este caso se contactó con el Beth Israel Deaconess Medical Center, centro de entrenamiento de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard con el que esta institución chilena tiene convenio y uno de los que cuenta con mayor experiencia en termoplastía bronquial. Fue así como uno de sus expertos, el doctor Adnan Majid, viajó a Chile para participar en la primera etapa de este procedimiento.
El tratamiento está indicado en mayores de 18 años con asma severo, es decir, con más de dos crisis al año, problema que afecta al 15% de los asmáticos. Además, el paciente no tiene que tener marcapaso ni desfibrilador, porque la radiofrecuencia produce interferencias.
“Antes de que surgiera la termoplastía bronquial, estos pacientes solo tenían como alternativa la terapia farmacológica con dosis máximas de inhaladores, corticoides orales y sistémicos, etc., lo que si bien les ayuda un poco con los síntomas, no termina con las crisis asmáticas recurrentes”, explica el Dr. Fernandez Bussy.
Por eso, este nuevo tratamiento, conocido también como radiofrecuencia broncoscópica, es una esperanzadora alternativa para los asmáticos severos, ya que reduce considerablemente el número de crisis y las pocas que se presentan son más leves y no requieren hospitalización. Sin embargo, en forma complementaria, el paciente debe seguir utilizando ciertos medicamentos.
En el caso de Juan Carlos los resultados superaron las expectativas: “Sentí mejoría desde la primera sesión, fue fantástico. Después de este procedimiento mi asma está bajo control, recuperé mis capacidades”, asegura.
La experiencia de Juan Carlos abrió la puerta para otros pacientes que actualmente están siendo tratados con esta técnica en Clínica Alemana.
¿En qué consiste la termoplastía bronquial? Este tratamiento busca impedir que los bronquios se cierren. Para ello se destruye el músculo que rodea estos órganos, administrándole calor (65°C). Esto se efectúa mediante broncoscopía, procedimiento ambulatorio que se realiza con sedación profunda. Por eso es clave contar con especialistas entrenados.
Se divide en tres sesiones separadas por un mes. La primera aborda el lado inferior del pulmón derecho, la segunda está dirigida al segmento inferior del izquierdo y la última a las partes superiores de ambos pulmones. Generalmente, el cambio definitivo comienza a sentirse tres meses después, que es lo que se demoran los pulmones en desinflamarse luego de la intervención. |
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