Empezaron los días más calurosos, esto nos obliga a hacer cambios como andar más desabrigados y cambiar el calzado. Atrás quedan las botas y zapatos cerrados para dar lugar a las sandalias. Sin embargo, para usarlas hay que tener algunos cuidados.
Al respecto, la doctora Soledad Aspillaga, dermatóloga de Clínica Alemana, asegura que para esta época lo mejor es utilizar zapatos abiertos y de cuero, así se logra disminuir el exceso de sudoración, la humedad y la incidencia de infección.
Si el calzado es sintético podrían surgir problemas como quemaduras por roce, dermatitis de contacto. Además, con sandalias los pies quedan más expuestos con riesgo de traumatismos locales (o golpes) por exposición de dedos y uñas.
Para proteger los pies se aconseja hidratar diariamente después de bañarse. Lo ideal es que sea con cremas en base a urea para optimizar la penetración porque la piel de la planta del pie es más gruesa y de esta manera es posible aumentar la retención de agua de la piel.
Asimismo, en la medida que los pies se vean expuestos, hay que protegerlos de la radiación solar con cremas protectores (de factor igual o mayor a 15). Es importante aplicar bloqueador 30 minutos antes de la exposición y luego reaplicar cada cuatro horas.