Con el propósito de ayudar a los padres en este difícil tema, Clínica Alemana realizó durante noviembre de 2012 un estudio sobre el Consumo de Alcohol en Adolescentes, encuestando a 354 pacientes con hijos de entre 10 y 18 años.
Dentro de los principales resultados, quedó de manifiesto la preocupación generalizada al respecto. Los papás perciben un consumo relativamente elevado en su entorno cercano y de manera igualitaria entre hombres y mujeres adolescentes.
El 67,7% de los padres encuestados, dice hablar con sus hijos para explicarles los riesgos.
Un dato relevante es que solamente el 6,9% de los encuestados es enfático en no dejar que sus hijos consuman alcohol y un 3,4% los educa a través del ejemplo.
“Para muchos padres resulta familiar la idea de que a los hijos adolescentes hay que ofrecerles alcohol para que aprendan a tomar. Los papás creen que con ello están previniendo los problemas relacionados con el consumo de este y aún más, el alcoholismo. Sin embargo, múltiples investigaciones científicas revelan que, al revés de lo que indica la mitología popular, lo que tiene un efecto preventivo es evitar activamente el consumo de alcohol durante la adolescencia”, comenta la Dra. Carola Álvarez, psiquiatra infanto juvenil de la Unidad de Adolescencia de Clínica Alemana.
Ello está relacionado con que “hoy se sabe que la presencia de alcohol o cualquier otra droga en el cerebro antes de los 18 años, puede modificar los circuitos cerebrales y generar cambios a nivel de la plasticidad cerebral, favoreciendo el desarrollo de adicciones en la adolescencia y en la adultez”, explica la especialista.
Agrega que la edad de inicio de consumo de alcohol es relevante, puesto que mientras antes sea la exposición, mayor es el riesgo de desarrollar una adicción futura. Cifras de estudios internacionales muestran que la probabilidad de ser adicto al alcohol, cuando la persona inicia el consumo sobre los 20 años, es de aproximadamente 10%, este riesgo aumenta a 40% cuando la ingesta de alcohol comienza antes de los 14 años.
Es por ello que los padres deben ser enfáticos en el rechazo al consumo de alcohol durante la adolescencia. Estudios realizados por el SENDA sobre drogas en población escolar muestran que los adolescentes cuyos padres desaprueban la ingesta de alcohol tienen menor riesgo de consumirlo que aquellos cuyos papás no tienen una postura clara sobre el tema o tienden a ser más permisivos.
“La mayoría sabe que es muy relevante educar con la propia conducta, pero muchos no están dispuestos a moderar el propio consumo de alcohol para transformarse en modelos adecuados para sus hijos”, agrega la Dra. Álvarez.
Formas de prevención
La especialista recomienda cinco puntos que ayudan en la prevención del consumo de alcohol y drogas entre los adolescentes:
1. Involucrase en la crianza: Los adolescentes presentan menores niveles de consumo cuando tienen papás que saben dónde están sus hijos, quiénes son sus amigos y cómo funcionan a nivel escolar y social; y que están al tanto de los horarios de llegada, y de sus cambios de humor y aspecto.
2. Afectividad y comunicación familiar: Está demostrado que los adolescentes que cenan menos de tres veces por semana con sus familias, tienen el doble de riesgo de consumir drogas que los que comparten cinco a siete cenas en el mismo periodo. Mantener ritos y crear identidad, para que los miembros se sientan reconocidos y aceptados, son factores protectores. Es clave mantener relaciones familiares saludables, ya que cuando hay muchos conflictos, dificultades comunicativas, agresión y padres muy críticos, aumenta el riesgo de consumo de drogas.
3. Realizar actividades que favorezcan el bienestar: Las drogas generan una gran liberación de dopamina en el cerebro, lo que origina placer, por lo que hay que crear actividades sanas que también la produzcan como deporte u otras que disfruten, ya que actúan como factor protector del consumo. Es importante entender qué es lo que le “gusta a mi hijo” y “no a mí”.
4. Uso adecuado del tiempo libre: Los jóvenes que no van al colegio y que no tienen rutinas están más expuestos a las drogas y al alcohol.
5. Favorecer red de contactos: En la época de colegio, los padres tienen la gran posibilidad de organizarse entre ellos y tener mínimos acuerdos, como horarios de llegada y fiestas sin alcohol, por ejemplo. Actualmente, los adultos están muy sobreexigidos en el plano laboral y entorno social, por lo que necesitan el apoyo de otros padres para realizar de la mejor manera posible el trabajo de crianza.