Si bien sus consecuencias son principalmente estéticas, las verrugas en algunas ocasiones, también pueden provocar dolor, según dónde se encuentren. Estos pequeños crecimientos en la piel son causados por un tipo de virus papiloma humano (VPH).
El contagio es más frecuente cuando existe una puerta de entrada, como clavarse una espina en la planta del pie. Por esta razón, son más comunes en los niños ya que juegan descalzos en la tierra.
La doctora Francisca Daza, dermatóloga de Clínica Alemana, sostiene que el periodo de incubación puede ser desde uno a 20 meses, lo que hace difícil saber cuál fue el foco de contagio.
Además, hay personas que son más propensas a contagiarse debido a varios factores, por ejemplo, la dermatitis atópica es una condición en que la piel es más seca y la barrera cutánea está alterada. Los niños que la presentan eson más susceptibles al contagio, ya que es más fácil para el virus entrar”, explica la dermatóloga.
Existen, principalmente, tres tipos de verrugas. Las vulgares son las más frecuentes, aparecen en las manos, codos y rodillas, y se presentan como pápulas levantadas (protuberancias) de color piel, que se empiezan a descamar en su superficie.
En tanto, las verrugas planas se desarrollan en la cara y dorso de las manos, son redondas o poligonales, muy pequeñas, casi imperceptibles y de café claro a oscuro.
Por último, las plantares aparecen en la planta del pie. Se ven como un callo y son dolorosas porque crecen hacia adentro.
Como las verrugas son causadas por un virus, generalmente, el sistema inmune puede luchar contra ellas y desaparecen solas. Sin embargo, también la persona puede autoinocularlas hacia otros lugares mediante el rascado.
El tratamiento depende del tipo de verruga, de su localización, de la cantidad de lesiones y de la edad del paciente, según la doctora Daza.
Existen tratamientos que se pueden realizar en la casa y otros que deben ser efectuados por un médico en la consulta o en una sala de procedimientos.
El más usado es el nitrógeno líquido, un gas muy frío (-196°C) que las congela. “Además de eliminar la verruga, estimula la inmunidad, lo que hace que el propio organismo combata este virus”, explica la doctora Daza.
Otra alternativa son los preparados comerciales que contienen ácido láctico y ácido salicílico. Estos se aplican sobre la verruga con un pincel por un tiempo variable hasta que esta desaparezca.