Durante el embarazo, las mujeres alérgicas pueden ver intensificados los síntomas típicos de esta enfermedad, la que consiste en una reacción exagerada del sistema inmune frente a sustancias (alérgenos) que normalmente debieran ser toleradas.
Las zonas que más afecta son el sistema respiratorio alto (rinitis, conjuntivitis alérgica) y bajo (asma alérgica), la piel (dermatitis atópica, urticaria) y cada vez es más frecuente el compromiso digestivo frente a ciertos alimentos (esofagitis, colitis).
De acuerdo a la doctora Patricia Roessler, jefa de la Unidad de Alergia e Inmunología de Clínica Alemana, a las embarazadas, se les suma otro tipo de rinitis no alérgica, llamada vasomotora, provocada por los cambios hormonales propios de este estado.
Además, “alrededor de un tercio de las embarazadas con asma, ven intensificados sus síntomas durante el embarazo. Este grupo tiene más riesgo de preeclampsia, hiperémesis gravídica, hemorragia vaginal y parto prematuro”, aclara.
En tanto, las mujeres con alergias graves -es decir, con riesgo de shock anafiláctico- a alimentos, fármacos o venenos de himenópteros -como abejas y avispas- pueden sufrir una baja de presión importante capaz incluso de desencadenar una muerte fetal por falta de irrigación a la placenta.
A todo esto se suma que, las alergias en general, causan una mala calidad de vida, por ejemplo, alguien con rinitis alérgica puede tener apneas del sueño, lo que se traduce en un sueño no reparador, sumado al cansancio propio del embarazo.
Existen distintas medidas que se pueden tomar para disfrutar de esta etapa lo más libre de alergias posible.
En primer lugar, si se está planificando un embarazo, es importante saber si se sufre de alergia y cuáles son los alérgenos o sustancias que pueden desencadenarla, de manera de evitarlos durante el proceso de gestación. Para ello se debe consultar con un especialista, quien indicará los exámenes pertinentes para un adecuado diagnóstico. “De esta forma se pueden tratar las alergias antes del embarazo y mantener así la patología lo más estable posible”, explica la especialista.
También existen medicinas que pueden contribuir a mantener esta patología controlada. La doctora Roessler explica que “muchas embarazadas son reticentes a tomar cualquier tipo de fármaco y los médicos también tienden a evitarlos, principalmente en el primer trimestre de embarazo, cuando se está formando el embrión. Sin embargo, hay que aclarar que existen medicamentos que se pueden utilizar durante el embarazo como algunos antialérgicos por vía oral y corticoides inhalados nasales”.