Cuando un bebé prematuro es dado de alta, el Servicio de Neonatología de Clínica Alemanaentrega algunos consejos sobre cómo cuidarlo. Uno de los factores fundamentales en su desarrollo físico y neurológico es la alimentación. La lactancia materna es el alimento ideal, tanto para el recién nacido de término como para el prematuro (menos de 37 semanas de gestación).
Durante las primeras semanas de vida del niño, la madre debe amamantarlo cada tres a cuatro horas, tanto de día como de noche, de 10 a 15 minutos por cada mama, dado que los bebés prematuros se cansan más rápido y gastan más energía en la succión directa al pecho que los bebés de término. Además, la glándula mamaria acumula una cantidad suficiente de leche cada tres o cuatro horas, por lo tanto, si son alimentados muy frecuentemente -cada dos horas, por ejemplo-, la glándula mamaria no alcanza a juntar suficiente leche y la succión solo llevará a un gasto de energía mayor al que podría lograr alimentándose con más leche.
La doctora Marcela Pérez, neonatóloga de Clínica Alemana, asegura que “en la mayoría de los casos, las alimentaciones al pecho muy prolongadas o muy frecuentes solo llevan a que el bebé prematuro no suba adecuadamente de peso”. Agrega que “la mayoría de los prematuros nacen entre las 32 y 34 semanas. En estos casos, a menudo vemos que después del alta no suben bien de peso, pues la succión al pecho es ineficiente, ya que no extrae toda la leche que produce la madre o no es capaz de sacar la cantidad necesaria que le permita crecer en forma adecuada”.
Cuando un prematuro no sube bien de peso o necesita mayores aportes nutricionales, la especialista explica que se le debe ofrecer leche materna extraída o fórmula para prematuros. Ambas opciones pueden ser aportadas por el chupete y la mamadera, o por otras técnicas como sonda al dedo o al pecho.
“El mejor indicador de que un bebé prematuro está recibiendo la cantidad y calidad de leche materna óptima es que suba bien de peso”, asegura la neonatóloga.
Los prematuros más extremos, es decir los nacidos antes de las 32 semanas de gestación, tienen un acelerado crecimiento postnatal, por lo que requieren mejorar el aporte nutricional de la leche materna en calorías, proteínas, calcio y fósforo.
“Agregar fortificante en polvo a la leche materna extraída o usar fórmulas lácteas de prematuros logran aportar los nutrientes necesarios para alcanzar un crecimiento adecuado”, recomienda la doctora Pérez.
Asimismo, los recién nacidos prematuros requieren suplementación diaria de vitaminas y minerales los primeros 6 a 12 meses, como vitamina D, hierro y zinc, a diferencia de los recién nacidos de término que solo necesitan vitamina D oral.
Recomendaciones en caso de mamadera
En el caso de que la mamá se extraiga leche, esta debe ser almacenada en máximas condiciones de limpieza, idealmente conservada en recipientes de plástico o bolsas
estériles especiales para este fin. Su duración aproximada es de 3 días en la parrilla superior del refrigerador y hasta tres meses si es congelada. Una vez descongelada, dura 24 horas en refrigeración, si no
es utilizada debe ser eliminada.
Para entibiarla, colóquela en un recipiente con agua caliente, no hirviendo, ya que el calor excesivo destruye enzimas y proteínas. Tampoco se debe usar microondas para descongelar o calentar la leche materna. Si queda leche
en la mamamadera debe ser eliminada y no puede utilizarse en las próximas alimentaciones.