Comer bien puede potenciar el trabajo
La especialista agrega que lo habitual es que con una mala alimentación se generen cambios importantes en el peso, en la velocidad del tránsito intestinal y se dañe el metabolismo basal. Asimismo, disminuye la capacidad de concentración y del estado de alerta, con lo que baja el rendimiento laboral.
Una buena alimentación
Para empezar bien el día, es fundamental siempre tomar desayuno, ya que después de largas horas de ayuno nocturno, el cuerpo necesita energía para su correcto funcionamiento y si este periodo se alarga, el organismo recurre a mecanismos de compensación, ahorrando energía, con lo que hace que el metabolismo se ponga más lento.
Un desayuno saludable debe tener una porción de un lácteo descremado más una porción de pan o cereales y otra de fruta o su jugo.
A media mañana se aconseja un snack saludable:
Respecto al almuerzo, es indispensable respetarlo y que sea lo más saludable posible, tanto si la comida la entrega la misma empresa, se debe comprar o se lleva de la casa: 'Siempre debe haber un plato de verduras en lo posible de diferentes colores más otro de fondo con una proteína (carnes magras, huevo, legumbres) y una porción de carbohidratos (arroz, pastas, papas, choclos, habas, arvejas) de aproximadamente una taza, más una fruta mediana. Para tomar, el ideal es agua o algún líquido sin calorías', afirma la nutricionista.
También hay que evitar los alimentos muy altos en grasa y azúcar.
Además de la buena alimentación, no hay que olvidar realizar actividad física, al menos, tres veces por la semana.
Hay que alimentarse bien no solo para mantener un peso adecuado y saludable, sino también para rendir bien en el día. Los especialistas aconsejan cuatro a cinco comidas diarias, de las cuales el desayuno es la más importante. Además, recomiendan consumir algo a media mañana y media tarde para no estar más de cuatro horas en ayuno, ya que así se mantiene el metabolismo activo y la persona llega más preparada a la próxima comida.
Patricia Rodríguez, nutricionista de Clínica Alemana, explica que 'alimentarse bien es fundamental para mantenerse sano, en rangos de peso normal y disminuyendo el riesgo de enfermedades asociadas a un mal estado nutricional como sobrepeso, bajo peso, diabetes, hipertensión arterial, patologías del tracto gastrointestinal, osteoarticulares, dislipidemias y algunos tipos de cáncer'.
La especialista agrega que lo habitual es que con una mala alimentación se generen cambios importantes en el peso, en la velocidad del tránsito intestinal y se dañe el metabolismo basal. Asimismo, disminuye la capacidad de concentración y del estado de alerta, con lo que baja el rendimiento laboral.
Una buena alimentación
Para empezar bien el día, es fundamental siempre tomar desayuno, ya que después de largas horas de ayuno nocturno, el cuerpo necesita energía para su correcto funcionamiento y si este periodo se alarga, el organismo recurre a mecanismos de compensación, ahorrando energía, con lo que hace que el metabolismo se ponga más lento.
Un desayuno saludable debe tener una porción de un lácteo descremado más una porción de pan o cereales y otra de fruta o su jugo.
A media mañana se aconseja un snack saludable:
Respecto al almuerzo, es indispensable respetarlo y que sea lo más saludable posible, tanto si la comida la entrega la misma empresa, se debe comprar o se lleva de la casa: 'Siempre debe haber un plato de verduras en lo posible de diferentes colores más otro de fondo con una proteína (carnes magras, huevo, legumbres) y una porción de carbohidratos (arroz, pastas, papas, choclos, habas, arvejas) de aproximadamente una taza, más una fruta mediana. Para tomar, el ideal es agua o algún líquido sin calorías', afirma la nutricionista.
También hay que evitar los alimentos muy altos en grasa y azúcar.
Además de la buena alimentación, no hay que olvidar realizar actividad física, al menos, tres veces por la semana.