La piel está protegida por una película lipídica (capa de grasa natural) que la mantiene hidratada y suave. Sin embargo, a veces está seca, lo que en la mayoría de los casos se debe a elementos externos como jabones, largos baños de tina y ducha, el clima, entre otros.
“Santiago es una ciudad con ambiente muy seco, por ejemplo, la humedad ambiental alcanza al 40%. Este clima hace que exista una mayor pérdida de agua transepidérmica y que la piel se deshidrate con mayor facilidad”, explica la doctora Francisca Daza, dermatóloga de Clínica Alemana.
También las estaciones influyen. En invierno, las bajas temperaturas provocan vasoconstricción lo que disminuye el metabolismo y todos los procesos enzimáticos de la piel. Con esto el proceso natural de descamación se reduce y no se logra retener agua. Al mismo tiempo, el viento frío actúa como un agente corrosivo.
Durante el verano, la radiación solar y el baño en piscinas, mar o lagos, contribuyen a que se pierda la película grasa de la piel.
Existen otros factores menos comunes, asociados a cambios corporales, medicamentos o tratamientos que pueden provocar piel seca, entre ellos están la diabetes, problemas hormonales, paso de la edad y malnutrición, entre otros.
La doctora Daza explica que este tipo de piel se descama con facilidad, es de aspecto opaco y tiene tendencia a la hiperqueratosis folicular (piel de gallina) en mejillas y brazos. Además, pica mucho y puede irritarse con el sudor.
“Al tener alterada la función de barrera, tiene más tendencia a presentar cuadros alérgicos, eccematosos, sobreinfecciones bacterianas y fúngicas, y agravamiento de enfermedades cutáneas preexistentes como dermatitis atópica y psoriasis”, agrega la dermatóloga.
Recomendaciones:
1. Lo mejor es usar cremas hidratantes en todo el cuerpo en base a urea o lactato, sin fragancia y olor, después del baño y antes de dormir.
2. Para la limpieza de la cara, lo mejor es lavar la piel de esa zona una vez al día con sustitutos del jabón (syndets) o con productos especiales para piel sensible.
3. No es necesario exfoliar, ya que puede significar una agresión a la barrera cutánea que ya está alterada.
4. Se recomienda ir al médico cuando hay dolor, irritación y picazón. Si se dan otras patologías agregadas, como dermatitis atópica, dermatitis alérgica, sobreinfecciones, psoriasis, entre otras, es importante consultar.