Se define el duelo como las demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien. Mientras más cercana la persona, mayor es este proceso, por eso, la muerte de un ser querido está dentro de los duelos más importantes.
Camila Gutiérrez, psicóloga de Clínica Alemana, explica que la viudez en la tercera edad es algo previsible, por lo que las personas ya han ido asimilando un duelo anticipado con los años y, llegado el momento de enfrentarlo, hay varios desafíos que superar: “Esto no significa dejar de sentir tristeza o extrañar a la persona, sino aprender a vivir sin ella y volver a construir un futuro desde esa realidad. La pena y melancolía son sentimientos normales y necesarios para hacer un proceso de duelo sano”.
Por el contrario, la angustia y la ansiedad deben ser vistas como una señal de que aún se necesita más tiempo para asimilar la pérdida. El pronóstico mejora mucho cuando se cuenta con redes de apoyo (familia y amigos) y ayuda profesional, por eso la especialista enfatiza en la importancia de cultivar el amor y las buenas relaciones, lo que define una buena calidad de vida en el adulto mayor.
En cuanto a si es posible prepararse para este momento, Camila Gutiérrez dice que no, porque nadie está listo completamente para una pérdida, ya que va en contra de la naturaleza afectiva, sin embargo, aceptar el paso de la edad, flexibilizarse a los cambios y conversar con otros sobre nuestras aprensiones e inquietudes, ayuda significativamente a afrontar el duelo. Así, se ve de una manera menos catastrófica y se vive de forma más natural, con mayor sabiduría. Es más fácil cuando es posible apoyarse y dejarse querer por la familia y amigos, lo que ayuda a entender que una vez que partió esa persona, no nos quedaremos solos.
La psicóloga también afirma que en la tercera edad sí es posible volver a enamorarse, aunque no es algo para todos: “No es un imperativo. Algunos adultos mayores pueden encontrar una nueva pareja que se acomode a sus necesidades y viceversa, retomar una vida afectiva y sexual. Sin embargo, hay quienes son capaces de estar felices sin la necesidad de reenamorarse, volcando su atención y cariño a otras áreas de su vida”, concluye.
“Las más conocidas en la literatura, son las de la Dra. Kubler-Ross, las que no van seguidas una de otras ni es necesario pasar por todas ellas, de hecho, no todos llegan a la aceptación, ya que eso depende de la personalidad y afrontamiento de cada persona. Algunas quedan en la ira o negación para siempre porque les hace más sentido o van más alineadas a su identidad”, afirma Camila Gutiérrez.
Estas son: