En la sociedad actual, la crianza ha evolucionado hacia una visión más equitativa. Se reconoce que tanto la madre como el padre tienen un rol fundamental en la educación y desarrollo emocional de los hijos.
Estudios muestran que un papá comprometido y afectuoso entrega múltiples beneficios para un crecimiento saludable, un bienestar psicológico y una mejor autoestima en los niños. Aporta, además, seguridad, habilidades sociales y apoya en un mejor desempeño escolar.
Se ha analizado también que adolescentes con un padre involucrado en su infancia tienen mejor salud mental, menos consumo abusivo de alcohol y drogas. Además, disminuyen sus riesgos de problemas con la ley y en temas de salud sexual y reproductiva.
Seguridad y estabilidad
Su autoestima es mayor al sentirse amados y protegidos, logrando mejores herramientas para resolver problemas, enfrentar situaciones difíciles y manejar el estrés efectivamente.
Desarrollo del lenguaje y habilidades cognitivas
La interacción paterna es fundamental para el desarrollo cognitivo, es decir, para el crecimiento de su capacidad de pensar y razonar. A través de juegos, conversaciones y lecturas conjuntas se estimula la curiosidad y la creatividad.
Conducta y valores
Los niños aprenden a través de la observación e imitación, por eso la conducta del papá influye en la formación de su personalidad. Un adulto que muestra respeto y es responsable en sus acciones, ayuda a que sus hijos se desenvuelvan de forma positiva en el futuro y logren una comprensión de los valores éticos.
Desarrollo físico y emocional
Los juegos y el contacto físico paterno no sólo aportan a una buena relación padre-hijo, promueven además el desarrollo integral de los niños. Actividades deportivas al aire libre inculcan hábitos saludables y transmiten la importancia del trabajo en equipo.
Apoyo emocional en momentos difíciles
La capacidad para escuchar activamente, mostrar empatía y entregar consuelo proporciona un ambiente seguro donde los hijos pueden expresar sus emociones libremente sin miedo a ser juzgados. Se establece una relación basada en la confianza, que les permite recurrir a los padres cuando lo necesiten.
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