Salud y Belleza
Desde que tenía 20 años aproximadamente, Wilma Guzmán (59) decidió no usar más vestidos y shorts que dejaran al descubierto sus piernas. La razón: sus venas comenzaron a notarse demasiado y esto la acomplejó, tenía várices. Aunque era muy joven, se sometió a una cirugía invasiva para tratarlos y tuvo buenos resultados, pero pasaron los años, se tituló de enfermera, se casó, tuvo tres hijos y la pesadez y presión en las piernas, dolor al caminar y calambres nocturnos se volvieron parte de su vida.
Por este motivo consultó nuevamente, pero esta vez al Equipo de Cirugía Vascular Periférica de Clínica Alemana, solicitó una hora con el doctor Víctor Bianchi, cirujano vascular periféricoquien luego de varios exámenes, en junio de este año le realizó una safenectomía por termoablación, intervención ambulatoria que consiste en eliminar la vena afectada aplicando calor desde su interior mediante la introducción de un catéter (acceso por punción).
Hoy a solo semanas de haberse sometido a este procedimiento. Wilma está feliz. “Los calambres terminaron definitivamente y aunque aún tengo marcas de la terapia, he visto como han ido desapareciendo las várices, estoy aliviada”.
El especialista explica que Clínica Alemana cuenta con la totalidad de las técnicas que permiten tratar en forma eficaz y mínimamente invasiva este problema. Sin embargo, “es fundamental realizar una correcta evaluación clínica para saber qué tipo de vena se encuentra afectada y definir cuál es el mejor tratamiento para cada paciente”.
El doctor Bianchi explica que con técnicas tradicionales el riesgo de que las várices reaparezcan es del orden de un 30% a 5 años, mientras que con las técnicas actuales ha mejorado el resultado y se estima que la recidiva no debe ser superior al 5% a 5 años.
Si bien no existe una explicación fisiopatológica clara respecto de por qué alguien en particular presenta un cuadro varicoso, sí se conocen factores que influyen como ser mujer, la genética –aunque no absolutamente-, edad, sedentarismo y, muy raras veces, coexistencia de enfermedades.
En el caso de Wilma, a pesar de que es una persona activa que siempre ha hecho gimnasia, su trabajo de enfermera la obliga a permanecer largas horas de pie y sin real actividad física. Esto implicaba molestias propias del cuadro: sensación de pesadez, retención de líquido o edema, incluso ocasionales crisis dolorosas”.
En algunos casos es necesario realizar un procedimiento complementario, llamado escleroterapia, opción que permite “borrar” adecuadamente la mayoría de las lesiones dérmicas visibles como telangiectasias (arañas vasculares). El doctor Bianchi explica que “no siempre se realizan ambos procedimientos, ya que la mayoría de los pacientes no presenta grandes várices”, como en el caso de Wilma, quien en agosto se someterá a escleroterapia para eliminar “arañas vasculares”.