Los divertículos son pequeñas bolsas o sacos que se forman en la pared del colon o intestino grueso, probablemente como consecuencia de un aumento de la presión en su interior.
“Esto se denomina diverticulosis y su frecuencia aumenta progresivamente con la edad, afectando hasta al 70% de los mayores de 80 años”, explica el doctor Antonio Rollán, gastroenterólogo de Clínica Alemana.
Un porcentaje bajo de pacientes con divertículos desarrolla complicaciones agudas. Las más importantes son la hemorragia diverticular y la diverticulitis. La primera se manifiesta por la eliminación de sangre abundante en las deposiciones. En la mayoría de los casos, el problema se resuelve espontáneamente y no vuelve a repetirse.
En cambio, la diverticulitis corresponde a una inflamación localizada de un divertículo, que puede incluso provocar una perforación abierta en el colon y, como consecuencia, peritonitis, lo que requiere cirugía de urgencia. Sin embargo, en la mayor parte de los casos se presenta de forma leve y se maneja con tratamiento médico en forma ambulatoria.
La cirugía electiva (no de urgencia) por diverticulitis recurrente se debe realizar siempre luego de una evaluación multidisciplinaria de gastroenterólogos y cirujanos digestivos. La gravedad de la crisis es el factor determinante para optar por la alternativa quirúrgica y no el número de crisis que pueda presentar el paciente a lo largo de la vida.
Las medidas recomendadas para evitar la enfermedad y su recurrencia apuntan a consumir más fibra y evitar el estrés, el sedentarismo y el sobrepeso. La conocida recomendación de abstraerse de consumir alimentos con pepas o residuos no digeribles aún no se sustenta científicamente.
Servicio de Gastroenterología