Es sabido que cuidarse de la radiación solar ayuda a evitar el cáncer de piel y que no fumar previene la formación de tumores en diversos órganos; sin embargo, muchos no saben que la alimentación también puede ser un factor protector de enfermedades oncológicas, aunque no está demostrado que pueda revertirlas o sanarlas.
Al igual que la obesidad y la actividad física, la comida influye en procesos celulares relacionados con el cáncer, como reparación de ADN, regulación hormonal, inflamación e inmunidad, y ciclo celular del metabolismo carcinógeno.
Andrea Valenzuela, nutricionista de Clínica Alemana, explica que además, ciertos nutrientes tienen propiedades antioxidantes que influyen en la regulación de la expresión genética, la estimulación de los factores de crecimiento y el impacto sobre niveles de hormonas endógenas.
Asimismo, se ha comprobado que la actividad física disminuye el riesgo de cáncer de colon y de mama.
La Sociedad Americana del Cáncer aconseja como prevención de esta enfermedad, además de tener una alimentación saludable, mantener un peso adecuado durante toda la vida, adoptar un estilo de vida físicamente activo, preferir alimentos de origen vegetal y limitar el consumo de alcohol.