Cada vez existe más evidencia científica sobre los diversos beneficios de la lactancia materna, tanto desde un punto de vista físico como psicológico. Por eso, para promoverla, cada año se celebra en más de 170 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna, entre el 1 y 7 de agosto.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda esta práctica como la mejor forma de nutrición para los lactantes y niños pequeños. De acuerdo a un artículo publicado en la revista The Lancet, en 2013, la muerte de alrededor de 800 mil niños podría ser prevenida mediante la lactancia materna.
Asimismo, una publicación reciente en Trends in Biochemical Sciences, realizada por expertos de la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia, sostiene que la leche materna tiene componentes que contribuyen en el desarrollo del sistema inmune infantil, especialmente en lo que respecta a infecciones gastrointestinales. Además, destaca que tiene anticuerpos que la madre traspasa al niño, principalmente durante el primer mes de vida.
El doctor Germán Rodríguez, neonatólogo de Clínica Alemana, explica que este alimento es el más completo y nutritivo para el niño. “Existen múltiples estudios realizados sobre este tema y todos coinciden en que la lactancia materna tiene efectos beneficiosos tanto para la madre como para el hijo”, precisa.
Por esto, la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y luego de ese periodo aconseja ir introduciendo alimentos complementarios seguros y nutricionalmente adecuados.
La lactancia materna, desde la primera hora de vida, protege al recién nacido de las infecciones y reduce la mortalidad neonatal.