Ser capaz de crear y establecer nuevas asociaciones entre conceptos ya conocidos, se denomina creatividad. La habilidad de encontrar soluciones originales a los problemas se valora cada día más en la sociedad, pero pocas veces se fomenta a través de acciones concretas.
Sandra Oltra, psicóloga infantojuvenil de Clínica Alemana, explica que los niños son más creativos que los adultos porque “son capaces de ‘ver’ sin convenciones sociales, de manera multidireccional, y sus acciones son novedosas, es decir, están siendo probadas por primera vez, por lo que frente a un problema, sus respuestas van a ser más variadas y originales que las de un adulto que contesta lo mismo que le ha servido anteriormente en ocasiones similares”.
Sin embargo, esta condición disminuye a medida que crecen. “En la infancia aún no aprendemos las barreras perceptuales que se imponen con la cultura, valores, prejuicios, etc., las que con el paso del tiempo van sesgando la posibilidad de percibir y significar un mundo con mayores matices y alternativas”, sostiene la psicóloga.
Asimismo, la especialista sostiene que la creatividad requiere libertad, espontaneidad, cuestionamiento y distanciarse de convenciones, por lo queno siempre es alentada en la educación tanto formal (colegios) como informal (hogares), ya que supone una propuesta rupturista de lo determinado previamente.
Agrega que es importante tomar medidas para favorecer y reforzar la creatividad en niños y adolescentes. “Es imprescindible motivarlos a explorar, curiosear, permitirles que se expresen en las formas y tiempos que requieran”, indica la profesional.