En verano, es muy importante cuidar los ojos, no solo del sol, sino también en el agua, ya que este medio aumenta el riesgo de desarrollar conjuntivitis, una inflamación de la membrana que cubre la parte anterior de los ojos y el interior de los párpados, llamada conjuntiva.
El doctor Christian Díaz, oftalmólogo de Clínica Alemana, explica que existen diferentes factores que pueden causar esta patología, pero el motivo más común en esta época es el contacto frecuente con el cloro de las piscinas (conjuntivitis por agentes químicos) y a la exposición a bacterias presentes en mares, ríos o lagos (conjuntivitis bacteriana). Además, la exposición solar o a alérgenos puede producir inflamación conjuntival.
Los síntomas iniciales en estos casos son enrojecimiento ocular progresivo y aparición de secreciones. Luego, se produce un mayor lagrimeo, lagañas, picazón y sensación de tener un elemento extraño. En casos avanzados puede haber dolor, fotofobia o incluso lesiones en la córnea.
En caso de infección bacteriana, debe iniciarse un adecuado tratamiento con antibióticos tópicos, en gotas. Además, se deben considerar ciertas medidas de higiene, pues las secreciones suelen ser más abundantes durante la noche, lo que hace que los párpados y pestañas se peguen. Frente a esto, es necesario limpiar y secar los ojos todas las mañanas mientras esté presente la irritación.
• Al nadar, utilizar anteojos de natación para proteger los ojos de bacterias u otros microorganismos que se encuentren en el agua.
• En casas con piscina, preocuparse de mantenerla en buen estado, usando la cantidad adecuada de elementos químicos para limpiarla. Nunca menos ni más de lo que recomienda el envase.
• En caso de usar lentes de contacto, idealmente no utilizarlos en los periodos que se realicen actividades acuáticas y consultar precozmente si los ojos se irritan.
• No permanecer en el agua por períodos prolongados, pues esto aumenta la probabilidad de irritación.
• Si se asiste a la playa, usar sombrero de ala ancha y anteojos de sol.