Muchos padres llegan a la consulta médica preocupados porque su hijo camina siempre con la espalda encorvada, y temen que ello le pueda acarrear algún problema de salud en el futuro.
Según el doctor Felipe Novoa, traumatólogo de columna de Clínica Alemana, cuando se trata de un problema de hábito, no produce mayores alteraciones en el cuerpo ni deriva en ninguna enfermedad.
“La mayoría de las vecesse debe a un hábito, asociado a la personalidad del menor, y no a problemas de estructura ósea. Los niños y adolescentes que andan con el dorso curvo generalmente son más introvertidos y tienen menor desarrollo social en relación con su edad”, explica.
Agrega que también es común que los más altos de la clase tiendan a encorvarse para pasar desapercibidos, y en el caso de las mujeres, muchas veces lo hacen para esconder las mamas cuando recién están apareciendo.
El doctor Novoa sostiene que si se quiere erradicar este hábito es fundamental que el niño realice actividad física, ya que con ello puede adquirir un mayor desarrollo muscular y, si se practicade forma grupal, contribuye además a aumentar la sociabilización.
“Los deportes donde participan varios niños ayudan a mejorar la autoestima, lo que hace que los niños levanten un poco más los hombros. Uno de los ejercicios que más se recomiendan es la natación, ya que es un deporte muy completo, y generalmente requiere que el niño esté entre 45 minutos y una hora con la espalda recta, porque es prácticamente imposible nadar encorvado”, afirma.
Agrega que las posiciones ergonómicas, es decir, una adecuada relación entre el ser humano y su entorno físico, son sumamente importantes para prevenir o corregir las posturas corporales. Por ello, los niños deben sentarse en sillas cómodas, con un buen respaldo, y a una altura media de manera que la mesa quede a una distancia óptima para apoyar los brazos en ella y los pies en el suelo.
El especialista explica que si un niño siente dolor en la espalda es muy probable que padezca alguna enfermedad en la columna y es necesario consultar a un especialista.
“Existen patologías congénitas que se producen porque hay problemas en el desarrollo de las vertebras, lo que hace que la columna sea encorvada y presente alteraciones como la cifosis. En estos casos, que son poco frecuentes, el niño no puede enderezarse aunque desee hacerlo”, indica el doctor Novoa.
Otra de las patologías relacionadas es la enfermedad de Scheuermann, una anormalidad en el crecimiento de la espina dorsal que se detecta en la primera o segunda década de vida.
“Se produce porque la parte posterior del cuerpo vertebral crece más que la parte anterior, lo que creauna estructura trapezoidal, conuna curva hacia adelante. El tratamiento inicial incluye kinesioterapia y actividad física, pero cuando la desviación va más allá de los 70 grados se puede indicar el uso de un corsé y, si es necesario, existe también la opción de realizar una cirugía para corregir el problema cuando es mayor y el tratamiento médico ha fallado”, concluye.