Gritar en una sala de clases, cantar todos los días a un volumen alto o carraspear frecuentemente, puede desencadenar una serie de enfermedades relacionadas con la voz.
Las doctoras Loreto Bustosy Viviana Valenzuela, otorrinolaringólogas del Comité de Voz de Clínica Alemana, describen las patologías más comunes producidas por un uso incorrecto de las cuerdas vocales, estructuras ubicadas en la laringe:
Los procedimientos para curar o aliviar los síntomas de las enfermedades vocales van desde un simple reposo y tratamiento fonoaudiológico hasta una cirugía, ya que depende de la patología de base, la condición, edad y profesión del paciente.
Las doctoras Bustos y Valenzuela explican que en algunos pacientes, el tratamiento puede ser tan simple como hacer que la voz descanse. En casos más complejos o prolongados, se indica una terapia a cargo de un fonoaudiólogo especialista, para que el paciente aprenda a utilizar y mejorar la técnica vocal. En casos específicos, se puede necesitar una operación quirúrgica para tratar los nódulos, pólipos o quistes.
Quedar disfónico luego de un concierto o de un partido de fútbol, puede suele ser normal y transitorio, en cambio experimentar una pérdida de voz habitualmente durante el día o en las noches, puede ser un claro indicio de que se sufre de algún tipo de problema vocal.
La doctora Bustos sostiene que son más susceptibles de desarrollar estas afecciones quienes, por su profesión, utilizan la voz muy seguido, como los profesores, cantantes, actores, entre otros.
Otros factores que pueden generar una mayor tendencia a padecer problemas en las cuerdas vocales son hablar rápidamente o a un volumen alto, carraspear con frecuencia, gritar o susurrar mucho.
Además, hay otros agentes externos que pueden afectar la voz, como ser fumador, beber líquidos demasiados fríos o calientes, comer comidas muy picantes o condimentadas, y usar aire acondicionado. Se puede sospechar de una afección vocal cuando hay:
“En muchos casos, esos síntomas pueden acompañarse de otros como dolor de garganta, catarros, venas marcadas en el cuello al hablar, sequedad de boca y falta de aire en las emisiones. Se recomienda una evaluación de las cuerdas vocales en aquellos pacientes que presentan disfonías frecuentes o persistentes”, concluye la doctora Valenzuela.