Muchas veces consumir alcohol cuando se está en tratamiento con un fármaco puede ser una mala decisión, ya que muchos medicamentos son metabolizados en el hígado, al igual que las bebidas alcohólicas, lo que origina que ambos tipos de sustancias compitan por ser asimiladas primero. Esto puede causar que algunos remedios se acumulen en el organismo, gatillando la aparición de reacciones adversas.
El doctor Raúl Corrales, Jefe del Comité de Reacciones Adversas de Clínica Alemana, explica que muchos medicamentos -inclusive varios que se adquieren sin receta médica-y ciertas hierbas medicinales pueden provocar reacciones adversas al ser combinadas con alcohol.
“Esta mezcla podría afectar la eficacia y la seguridad de los fármacos que se están utilizando. Además, podría provocar náuseas, vómitos, dolor de cabeza, letargo, desmayos o pérdida de la coordinación. También aumenta el riesgo de sufrir hemorragias internas, problemas del corazón y dificultad respiratoria”, sostiene.
Agrega que las circunstancias también deben considerarse, por ejemplo, si una persona que maneja maquinaria pesada o una herramienta peligrosa utiliza un antihistamínico y decide mezclarlo con alcohol, va a sufrir una sedación excesiva y sus reacciones pueden ser más lentas, lo que aumenta las probabilidades de tener algún accidente.
Existen algunos fármacos con los que hay que tener especial cuidado, entre ellos se encuentran los siguientes:
- Aquellos que pueden producir somnolencia, letargo o mareos, como losantihistamínicos recetados para alergias, resfríos o gripe.
- Los utilizados para el tratamiento de la epilepsia (antiepilépticos, benzodiacepinas), depresión, relajantes musculares y medicamentos utilizados para dormir, ya que sus efectos se pueden ver aumentados,por ejemplo, pueden provocar mayor somnolencia y mareos.
- Los antiinflamatorios, ya que pueden producir molestias gástricas, úlceras y hemorragias.
- Los anticoagulantes, porque al ingerirlos en conjunto conbebidas alcohólicas puede ocasionar hemorragias.
- Algunos antibióticos. En este caso, va a depender del tipo, por lo quese debe consultar alespecialista.
Los efectos adversos dependen de la cantidad y frecuencia del consumo de alcohol, y del tipo de medicamento que se esté ingiriendo, por ejemplo, en la mayoría de los casos, con un consumo ocasional de alcohol se pueden ver potenciados los efectos del medicamento o bien sus reacciones adversas, pero en casos de consumo frecuente de sustancias etílicas, la acción terapéutica se puede ver disminuida o, incluso, anulada por completo.
David Llantén, farmacéutico clínico de la Unidad de Paciente Crítico y miembro del Comité de Reacciones Adversas de Clínica Alemana, explica que “el consumo crónico de alcohol produce un proceso de inducción enzimática, esto quiere decir que el hígado metaboliza de forma más rápida algunos medicamentos, por lo cual se requiere una mayor dosis para lograr un efecto deseado. Esto último ocurre, por ejemplo, en el caso de la rifampicina, utilizada para la tuberculosis”.
Los adultos mayores deben tener más cuidado aún en mezclar medicamentos y bebidas alcohólicas, ya que tienen un riesgo mayor de sufrir reacciones indeseadas dado que con los años disminuye la velocidad con la que el hígado metaboliza las sustancias etílicas, lo que permite que permanezcan por más tiempo en el organismo. “Adicionalmente, las personas mayores habitualmente toman fármacosque pueden interactuar con el alcohol; de hecho, por lo general, toman más de uno”, sostiene el profesional.