Cuando la dieta no es suficiente para bajar el peso que se requiere, se evalúa la posibilidad de un tratamiento quirúrgico para la obesidad.“Con una cirugía bariátrica se reducen muchos kilos de una sola vez, lo que permite que el riñón aumente su sobrevida y mejore su funcionamiento. De hecho, hay algunos estudios que han demostrado que un diabético obeso que ya tiene daño renal, con esta operación puede recuperar gradualmente la capacidad de sus riñones o al menos retardar la velocidad del deterioro renal', dice el doctor Reynolds.
Finalmente, la obesidad también es un problema cuando la enfermedad renal ya está avanzada y el paciente necesita un trasplante. “El sobrepeso puede limitar el acceso a un trasplante de riñón, ya que esta condición le agrega una dificultad técnica a la intervención y, además, los resultados pueden no ser tan buenos. Aunque cada equipo médico o institución define cuál es el índice de masa corporal requerido, es un factor que se toma en cuenta en la lista nacional de trasplantes”, concluye el nefrólogo.
El sobrepeso aumenta la carga de trabajo de los riñones, lo que puede producir un deterioro gradual de estos órganos, cuya función principal es limpiar la sangre.
Por eso este año, el foco del Día Mundial del Riñón es promover la educación sobre las consecuencias nocivas de la obesidad y su asociación con la enfermedad renal. Esta fecha es celebrada elsegundo jueves de mayo en el Cono Sur por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) y la Federación Internacional de Fundaciones Renales (IFKF). Por ello, la Sociedad Chilena de Nefrología realiza este año la Semana del Riñón, desde el 8 al 14 de mayo.
El doctor Enrique Reynolds, nefrólogo de Clínica Alemana, explica que hay un estrecho vínculo entre la obesidad y las enfermedades renales, fundamentalmente porque, al estar con exceso de peso, el riñón tiene más carga de trabajo, ya que debe esforzarse más para mantener el medio interno del organismo limpio y ordenado.
“Los nefrones, unidades internas del riñón responsables de filtrar la sangre y regular el agua en el organismo, son limitados, es decir, cada persona nace con cierta cantidad. Por eso, generalmente, a partir de los 35 años, empieza a declinar la velocidad con que limpian la sangre, de manera gradual, alrededor de un 1% anual. En cambio, si un adulto tiene obesidad, el deterioro en el riñón será más rápido y notorio”, indica el especialista.
Además, la obesidad aumenta las probabilidades de desarrollar diabetes e hipertensión, justamente los principales factores de riesgode la enfermedad renal crónica.
“Todas esas condiciones contribuyen a destruir poco a poco los riñones. Cuanto más obeso es un paciente, más probabilidades tiene de desarrollar una hipertensión, ya que una persona con sobrepeso es ‘sal sensible’, es decir, solo puede lograr un equilibrio de la cantidad de sal en su organismo con una mayor presión arterial, la cual daña a los órganos, incluidos los riñones”, dice el nefrólogo.
Respecto a la diabetes, el especialista destaca que “la primera causa de necesitar sustitución renal como diálisis, es la diabetes, enfermedad que está estrechamente relacionada con la obesidad”.
De acuerdo al doctor Reynolds, una de las enfermedades renales causadas principalmente por la obesidad es la glomeruloesclerosis focal y segmentaria: “Es un daño de tipo fisiológico, ya que consiste en que algunos los glomérulos, unidades de filtración del riñón, resultan cicatrizados en una parte de la estructura. Si bien es posible que esta patología tenga varias causas, en el caso de personas obesas, se puede presentar exclusivamente por sobrecarga, lo que podría llegar a requerir diálisis, es decir, una sustitución de la función renal”.
El especialista recalca que una de las primeras medidas que se le recomienda a un paciente con obesidad y con un importante riesgo de enfermedad renal es comenzar una dieta especial basada en la restricción moderada de proteínas, ya que estas son las que más trabajo demandan al riñón.
“Ladieta específica puede acompañarse con medicamentos para el control de la presión arterial y otros que tienen un efecto directo en los glomérulos para disminuir la sobrecarga en su trabajo y así evitar el deterioro, además de reducir la pérdida de proteínas en la orina', afirmael especialista.
Cuando la dieta no es suficiente para bajar el peso que se requiere, se evalúa la posibilidad de un tratamiento quirúrgico para la obesidad.“Con una cirugía bariátrica se reducen muchos kilos de una sola vez, lo que permite que el riñón aumente su sobrevida y mejore su funcionamiento. De hecho, hay algunos estudios que han demostrado que un diabético obeso que ya tiene daño renal, con esta operación puede recuperar gradualmente la capacidad de sus riñones o al menos retardar la velocidad del deterioro renal', dice el doctor Reynolds.
Finalmente, la obesidad también es un problema cuando la enfermedad renal ya está avanzada y el paciente necesita un trasplante. “El sobrepeso puede limitar el acceso a un trasplante de riñón, ya que esta condición le agrega una dificultad técnica a la intervención y, además, los resultados pueden no ser tan buenos. Aunque cada equipo médico o institución define cuál es el índice de masa corporal requerido, es un factor que se toma en cuenta en la lista nacional de trasplantes”, concluye el nefrólogo.