Ruborizarse y sentir que se está colorado en una situación social es un síntoma que varios han experimentado. Sin embargo, cuando esto sucede frecuentemente y dura más de unos minutos se puede hablar de rosácea, una enfermedad crónica que afecta la piel del rostro.
El estrés y la ansiedad son conocidos gatillantes de la rosácea.
Eldoctor Jaime Pérez, dermatólogo de Clínica Alemana, explica que las personas con esta patología tienen un enrojecimiento permanente (eritema facial), que habitualmente dura más de tres meses. A esto se suman episodios en los que se ponen aún más rojos (rubefacción), los que se prolongan por periodos superiores a 10 minutos.
“Esta enfermedad consiste en una dilatación de los vasos sanguíneos en esa zona y se caracteriza por la aparición de enrojecimiento de la piel transitorio o fijo, telangiectasias o ‘arañas vasculares’, y pápulas y pústulas (espinillas) en el centro de la cara. En ocasiones, el paciente experimenta prurito (picazón), quemazón o descamación”, dice el dermatólogo.
En algunas personas, la rosácea no solo afecta a la piel del rostro, sino que también puede provocar problemas en la nariz y en los globos oculares. “En un 58% de los casos también produce síntomas en los ojos, los que pueden ir desde una inflamación de los párpados (blefaritis) leve hasta una afectación corneal con riesgo de opacidades, cicatrices y pérdida de la visión. Los pacientes se quejan de sensación de cuerpo extraño y sequedad ocular”, afirma el especialista.
Si bien no se conoce la causa exacta de esta enfermedad dermatológica crónica, su aparición está relacionada con una serie de factores, por ejemplo, es más común en mujeres de piel blanca y ojos claros, aunque puede afectar a todas las razas.
“El estrés y la ansiedad son conocidos gatillantes de la rosácea. Además, se asocia con trastornos de la reactividad vascular y con la respuesta inmunológica frente a microorganismos como Demodex folliculorum, un ácaro de la flora normal de la piel de la cara que prolifera más en estos pacientes”, describe el doctor Pérez.
A pesar de que esta enfermedad dermatológica no se hereda, sí puede existir una predisposición genética a desarrollarla. Por ello, el especialista advierte que es importante cuidarse de una serie de factores externos que producen la aparición de la enfermedad o la agravan:
Si bien la rosácea es una afección inofensiva, muchos de los que la padecen buscan tratamiento principalmente por motivos estéticos.
“El paciente acude al médico debido a que les produce una disminución de la autoestima o los perjudica en sus relaciones sociales y laborales. De hecho, el 70% de quienes consultan acusan una pérdida de confianza en sí mismos, mientras que un porcentaje similar expresa que sus relaciones profesionales están comprometidas por el impacto estético de la enfermedad, y hasta un tercio de ellos se vio perjudicado en sus relaciones laborales por este motivo”, sostiene el doctor Pérez.
A pesar de que no existe una cura total para la rosácea, sí hay múltiples tratamientos disponibles. “En los casos más leves, se utilizan agentes tópicos. En las rosáceas inflamatorias (papulopustular) se recetan antibióticos sistémicos derivados de las tetraciclinas, y en las manifestaciones más rebeldes a los tratamientos ya nombrados, se suma el fármaco isotretinoina oral”, afirma el especialista.
Clínica Alemana cuenta con el láser VBeam Perfecta, de colorante pulsado, especial para el tratamiento de esta enfermedad el que funciona al ser captado por los cromóforos, que son el pigmento de los glóbulos rojos. Este tipo de terapia se utiliza en los casos en que predomina el eritema (enrojecimiento de la piel) y las telangiectasias (dilataciones de pequeños vasos sanguíneos).
“Su principal ventaja es que no necesita dejar púrpura (moretones) para ser eficaz en el tratamiento. Esto es gracias a que la energía total se distribuye mejor y uniformemente, ya que el mismo disparo (pulso) se divide en ocho micropulsos de una intensidad menor (antes eran cuatro). Este láser tienen mejores resultados en la cara que en otras partes del cuerpo, por lo que es ideal para tratamientos de rosácea”, concluye el dermatólogo Jaime Pérez.