La lesión sufrida por Aquiles, héroe de la mitología griega, en uno de los tendones de su pierna y cómo esta lo volvió débil frente el adversario, ha inmortalizado este tejido y su importante
rol a nivel muscular. Y no es solo ficción, ya que esta extensión conecta tres músculos de la pantorrilla -el gastrocnemio, el sóleo y el plantar delgado- con el hueso calcáneo, lo que permite el movimiento del
tobillo, esencial para caminar. Por ello, si se produce una rotura en el área, puede ser bastante doloroso e invalidante.
De acuerdo al doctor Cristián Ortiz, traumatólogo del Equipo de Tobillo de Clínica Alemana,
cuando este tendón -conocido como “talón de Aquiles”- se rompe, la persona experimenta un dolor intenso y brusco en esa zona, como si le hubiesen dado una pedrada o puntapié.
“Es el segundo músculo
más importante en tamaño y en potencia después del cuádriceps (muslo). Es fundamental en la tercera fase de la marcha, cuando se impulsa el cuerpo en punta de pies. Por eso, si está dañado dificulta actividades
como bajar escaleras, caminar y hacer actividad física”, afirma.
La mayoría de las veces, cuando esta estructura se corta ocurre por el deterioro causado por factores genéticos y de sobrecarga. Es por eso
que generalmente se presenta en deportistas o personas que realizan actividad física con regularidad.
“Si bien la rotura suele producirse al acelerar bruscamente, como durante un partido de fútbol, existen otros casos de corte espontáneo por desgaste excesivo, como al salir de la ducha o al acelerar mientras se conduce”, explica el doctor Ortiz.
El sector central del tendón de Aquiles comprende entre dos a seis centímetros y, por razones genéticas, puede tener menos irrigación sanguínea, lo que lo hace más vulnerable a este tipo de
lesiones.
El especialista precisa que aunque no se puede anticipar cuándo se va a romper, sí se puede prevenir, tratando la dolencia cuando se comienzan a experimentar las primeras molestias, como un dolor en la parte
trasera del tobillo o en la pantorrilla, hinchazón en la zona, y dificultad para apoyar los dedos sobre los pies, especialmente al subir escaleras.
“Muchos pacientes relatan incomodidades antes de la rotura. Incluso, varios
cuentan que se enojan con un jugador o corredor que está atrás de ellos por pegarle en la zona, cuando el otro deportista nunca los ha tocado”, dice.
El corte del talón de Aquiles es una de las lesiones más temidas por los deportistas de alto rendimiento, ya que los puede alejar de la actividad por unos meses, dado que los tratamientos necesitan de largos periodos de recuperación. Sin embargo, la gran mayoría de los afectados quedan sin secuelas.
Las alternativas son ortopédicas y quirúrgicas. Actualmente, la mayoría de los doctores recomienda operar. “La cirugía ha evolucionado mucho. En la actualidad es mínimamente invasiva y se realiza a través
de una incisión de dos a cinco centímetros arriba de la rotura, a través de la cual se vuelven a unir los extremos del tendón cortado. Esto disminuye los riesgos de la herida y permite la recuperación del tejido. Después de la intervención, el 98% de los pacientes regresa al estado previo de la lesión, y puede retomar sus actividades diarias
y deportivas”, afirma el traumatólogo.
Agrega que la recuperación implica el uso de botas y bastones de manera inmediata después de la intervención, los que se van retirando progresivamente según
la evolución del paciente, hasta recuperar la movilidad sin implementos de apoyo en un plazo que va de cuatro a seis semanas, en la mayoría de los casos.
Conozca el Equipo de Tobillo y Piede Clínica Alemana.
Servicio de Traumatología