Efecto protector
Basada principalmente en las costumbres de los países del sur de Europa como Italia, Grecia y España, como también en los aportes de naciones del norte de África, la dieta mediterránea se ha ganado una sólida posición como una guía para la vida saludable en todo el mundo. Con recetas que enfatizan el uso de productos frescos mínimamente procesados, este estilo de alimentación se caracteriza por su bajo nivel de grasas saturadas y rico en antioxidantes, fibra e hidratos de carbono complejos.
Desde su difusión en la década de los setenta, la fama de este tipo de comida y sus productos ha estado relacionada al menor riesgo cardiovascular de quienes la consumen. Actualmente, los estudios científicos también están agregando evidencia sobre su impacto positivo para el funcionamiento cerebral.
“La sumatoria de los efectos benéficos de los diferentes alimentos que componen la dieta mediterránea, la constituyen en una protectora del cerebro, el cual se reflejaría en la prevención o enlentecimiento del deterioro cognitivo y la demencia”, indica el doctor Claudio Mizón, experto en nutrición y diabetes de Clínica Alemana.
El especialista destaca la creciente frecuencia y calidad de las investigaciones de primera línea sobre las consecuencias que tiene el consumo de determinados alimentos sobre la actividad cerebral, así como su evolución en el tiempo. “Hoy tenemos formas de medir con neuroimágenes –biomarcadores asociados a deterioro cognitivo y demencia– sumados a test y otros sistemas de registro”, explica sobre el marco en el cual la ciencia está generando evidencia sobre los impactos positivos de la dieta mediterránea.
Un ejemplo es el estudio realizado por la Dra. Maria Vassilaki en Clínica Mayo, el cual demostró que este régimen “está asociado a un mejor perfil en términos del depósito de la proteína beta-amiloide (relacionado a la formación de placas en los tejidos neuronales), un proceso que implica para las personas que lo tienen un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia”. Agrega que esta información se suma a otras investigaciones previas y revisiones sistemáticas que apuntan a que “ese efecto protector es consistente”.
La dieta mediterránea se caracteriza por priorizar el consumo de pescados, aceite de oliva o canola, frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y frutos secos, junto a la ingesta moderada de vino. Entre los temas que ocupan a los investigadores está descubrir qué productos específicos son los que generan los mayores aportes a la salud del cerebro, o bien si el factor más importante es la interrelación entre todos sus componentes y el modo como éstos se cocinan.
“Cuando los estudios han intentado aislar algún alimento por considerarlo clave en alguna función protección asociada, y lo elaboran en la forma de un medicamento –como cápsulas o comprimidos– para agregarlo al régimen occidental habitual, se ha demostrado que el efecto protector esperado tiende a ser menor”, indica el doctor Mizón.
Por eso, el especialista señala que “probablemente sea el régimen en su totalidad el que ofrece los mayores beneficios, y debe ser entendido de esa manera”.
La hipertensión arterial, el infarto agudo al miocardio y los accidentes cerebrovasculares forman parte del grupo de patologías que constituyen la primera causa de muerte en Chile. En relación a las formas de prevenirlas, la evidencia científica apunta a que la dieta mediterránea podría reducir el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares mayores hasta en un 30%.
El riesgo de progresión a diabetes tipo 2 podría reducirse hasta en un 40% con la dieta mediterránea. Parte de la explicación, indica el especialista, “podría atribuirse a componentes de ella como el aceite de oliva extra virgen, la grasa omega 3, la fibra y los alimentos de bajo índice glicémico, además de la preferencia por los ingredientes naturales y mínimamente procesados”. Dado que la obesidad es un factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad, añade que este régimen podría ayudar a mantener un adecuado control del peso. “Probablemente, existan más explicaciones sobre los beneficios de otros componentes de esta dieta, como también en relación a su efecto global”, subraya.