El agua de las piscinas puede ocasionar problemas estomacales y cutáneos. Por eso, el Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos recomienda ducharse antes y después de bañarse, para retirar de la piel los gérmenes y restos de productos de limpieza. Y, por supuesto, no orinar ni tragar agua, dos obviedades que no obstante son difíciles de evitar en los nadadores más chicos.
Un elemento que podría interferir en nuestra salud es la mezcla de cloro con otros químicos que los bañistas traen al agua. Porque cada persona aporta sudor y restos orgánicos, además de productos como cremas, champús, lociones y acondicionadores. Todos esos componentes interactúan con el cloro de la piscina y forman vapores o gases, potencialmente dañinos, que los bañistas podrían respirar, causándoles irritación en los ojos y en el sistema respiratorio, ataques de asma y tos.
“La mayoría de los microbios muere a los pocos minutos debido a los desinfectantes comunes que se usan en las piscinas, como el cloro y el bromo. Sin embargo, hay bacterias como el cryptosporidium que puede sobrevivir en aguas cloradas por siete días. Esta germen, así como la Giardia, Shigella, norovirus y E Coli, pueden contaminar el agua si hubo un episodio de diarrea en algún bañista”, comenta la doctora Juanita Benedetto, jefa del Servicio de Dermatología de Clínica Alemana.
El cloro también es muy perjudicial para la piel de manera que hay que retirarlo cuanto antes. La dermatóloga recomienda las siguientes medidas para disfrutar el verano sin complicaciones.
• Retardar el contacto de los niños con las piscinas, si es posible, hasta los 4 años.
• Si el menor tiene dermatitis alérgica, asma o alergia a la piel, se recomienda no bañarlo en piscinas cloradas.
• Enjuagarse en la ducha durante 1 minuto.
• Revisar los pañales y cambiarlos en el baño o en un área destinada para eso.
• Llevar a los niños al baño cada una hora.
• No tragar agua.
• Proteger el pelo con productos formulados para prevenir la resequedad.
• Usar lentes de natación de buena calidad, sobre todo las personas que practican deportes acuáticos. Los de contacto, deben ser retirados antes del baño.
• Preferir establecimientos que garantice una correcta mantención de piscinas.
• En ojos con dolor, secreción, rojez intensa, hinchazón importante de párpados, compromiso visual o inflamación ocular persistente (más de 24 horas).
Un control adecuado puede prevenir contagios. Se recomienda usar los 5 sentidos para inspeccionarla.
• Vista: Se debería poder ver claramente el fondo.
• Olfato: El agua no debe tener un olor químico (fuerte e irritante).
• Tacto: Las baldosas alrededor de la línea de agua deben sentirse limpias, no viscosas.
• Oír: Escuchar que el filtro suene bien, sin fallas.
• Gusto: Evitar beber agua, aunque sea una pequeña cantidad, e insistir a los niños que tampoco lo hagan.
Servicio de Dermatología de Clínica Alemana.