El sobrepeso y la obesidad son factores que aumentan el riesgo de sufrir distintas patologías oncológicas, relación que se vuelve especialmente significativa en el caso de las mujeres tras la llegada de la menopausia. En este escenario destaca el cáncer de mama, que en Chile constituye la principal causa de muerte oncológica femenina.
“Una paciente obesa postmenopáusica tiene un 30% más riesgo de tener un cáncer de mama, y eso está asociado principalmente a la acumulación de grasa en la zona abdominal”, explica la doctora Carolina Barriga, especialista en cirugía oncológica y mastóloga del Centro de la Mama de Clínica Alemana.
La asociación entre ambos temas es especialmente relevante en el caso de los llamados cánceres hormonosensibles, cuyos tumores cuentan con receptores de estas sustancias. “Debido a la conversión de andrógenos a estrógenos en la grasa periférica, existe una mayor circulación de éstos últimos”, indica.
El impacto de la variable del exceso de peso es visto como relevante en nuestro país, ya que se estima que un 60% de las chilenas tienesobrepeso u obesidad. Una condición que también es un precedente para otros tipos de neoplasias en órganos como el endometrio, riñón, páncreas, esófago, colon y recto.
La relación entre el exceso de peso y el cáncer de mama también se extiende a las mujeres que ya sufren esta patología. “Una pacienteobesatiene un mayor riesgo de que la enfermedad reaparezcaluego de un tiempo sin manifestarse (proceso denominado recidivia), además de contar con una probabilidad más alta en términos de mortalidad, lo cual se ha visto en pacientes pre y postmenopáusicas”,subraya la doctora Barriga.
Como ejemplo, la especialista indica que los estudios han demostrado que las pacientes con cánceres hormonosensibles en condición de obesidad cuentan con un 20% más deposibilidades de que éstos vuelvan a producirse.
Diversas investigaciones señalan que la mortalidad en el cáncer de mama no metastásico sube en 13% por cada cinco kilos de aumento de peso, y que el riesgo relativo de presentarlo crece en 2,5 veces en aquellas mujeres postmenopáusicas cuyo Índice de Masa Corporal (IMC) supera el nivel 30.
Con todo, la acción preventiva más importante es el diagnóstico precoz, sobre todo el examen de mamografía en forma anual a partir de los 40 años. “Un tumor diagnosticado a tiempo tiene un excelente pronóstico: en el caso de aquellos de un tamaño de un centímetro, o menos, y sin ganglios comprometidos, se ha observado un índice de curación de 98%”, detalla la doctora Barriga. Asimismo, llama a tener en cuenta la necesidad de seguir un estilo de vida saludable combatiendo el sedentarismo, así como el consumo de alcohol y de tabaco.
La reducción del peso es relevante en términos de la prevención del cáncer de mama, sobre todo en el caso de las mujeres mayores de 50 años. “Si una paciente obesa logra disminuir su peso en un 30%, el riesgodisminuye en un 40%”, explica la doctora Barriga.
En este escenario, entre las principales medidas están seguir una dieta rica en fibras, frutas y verduras, así como disminuir la ingesta de grasas saturadas (por ejemplo, la que existe en el costillar, interiores de animal y cuero del pollo, entre otros productos cárneos).
Un paso importante que los especialistas ven necesario realizar en el marco de un cambio en los hábitos de vida con énfasis en el ejercicio, que es una de las acciones preventivas más efectivas para prevenir el cáncer de mama. “Las mujeres que hacen actividad física de manera regular tienen entre 20% y 40% de menor riesgo”, indica la doctora Barriga.
En este aspecto, la recomendación es ejercitarse a nivel moderado por un lapso de 150 minutos a la semana –una opción aconsejada es dividir este lapso en fracciones de 30 minutos– en prácticas como caminar a paso rápido y pasear en bicicleta, o bien actividades de mayor intensidad como running, gimnasia aeróbica y artes marciales por un período de 75 minutos.