Desafíos en la tercera edad
Tendencias como el aumento de la esperanza de vida y la disminución de la natalidad, hacen que la tercera edad adquiera una relevancia creciente en nuestro país. Un escenario que se proyecta con una mayor expectativa de vida de las mujeres (83 años, contra los 79 años de los hombres en las últimas estadísticas) y su consecuencia lógica: un porcentaje más alto de viudas en relación a los viudos.
Por eso, crece el interés por saber cómo ellas enfrentan la partida de su pareja y asumen esa nueva condición en sus vidas. “Si bien viven el duelo y en ocasiones experimentan problemas de adaptación y trastornos del ánimo, aparentemente la mujer tiene más recursos para sobrellevar esta situación de una mejor manera”, resalta Solange Anuch, sicóloga de la Clínica Alemana.
Una de las bases de esta resiliencia observada en el caso de las viudas radica en la capacidad femenina de reconocer y expresar las emociones. “Las mujeres somos capaces de transformar nuestro sufrimiento en un encuentro con los otros, podemos pedir ayuda a los amigos, a los hijos, familiares, etc.”, indica la especialista, quien puntualiza que el diagnóstico en este tema es menos favorable para los hombres.
“En general, ellos tienen dificultad para mostrarse débiles y dar a conocer la necesidad de sentirse apoyados en un periodo de dolor. Culturalmente, les es más difícil desahogarse emocionalmente, lo cual no facilita el procesamiento del duelo”, señala.
En términos generales, Solange Anuch destaca que la viudez debe ser vista como un momento en el cual se asume un proceso de revisión de la identidad y de las relaciones personales e impersonales. En definitiva, es un período complejo que transita entre una nueva autodefinición y las expectativas sociales, explica, desafío frente al cual las mujeres cuentan con mejores armas que los hombres.
Las viudas demuestran una mayor capacidad para retomar la vida, las actividades del hogar, sociales y de vinculación con el mundo. Esto es particularmente cierto en las generaciones pasadas donde el rol social y afectivo a nivel de la familia, especialmente en la relación con hijos y nietos, era fuertemente reforzado por las mujeres.
Aunque haya tenido que cuidarlo en la enfermedad, es infrecuente que una mujer que pierde a su marido lo viva como una situación de liberación de estrés de los quehaceres propios del cuidado diario de un enfermo, sino que ingresa en el profundo dolor y de la pérdida, donde incluso puede experimentar falta de sentido para su vida.
Suelen buscar a sus hijos y sus nietos para rehacerse emocionalmente. Los toma como su apoyo fundamental y eso hace mucho más fácil la reconstrucción de una persona.
La mujer hace su duelo y vuelve a rehacer la vida de una manera diferente, con todas las tareas de la etapa como rehacer vínculos o tener nuevas actividades, pero con una autonomía y libertad que desconocía.
A diferencia de la mujer que es más capaz de buscar cariño en distintos lugares, y no tiene dificultad en pedirlo y demostrarlo, a ellos les cuesta mucho salir en busca de sus referentes familiares, por ejemplo hijos y nietos. De hecho, y cuando las posibilidades se le dan, es habitual que busque otra pareja, porque está acostumbrado a tener una compañera con la que hace la vida en la que se apoya y se siente más seguro.
Si bien hay hombres que se las arreglan mejor en este trance, siempre es importante que cuenten con su familia, ya que eso les da mucha tranquilidad y seguridad, además de protegerlos de tomar malas decisiones.
Al tratar de hacer hipótesis en cuanto a qué cosas influyen, está el hecho de que los hombres de las generaciones anteriores han crecido y construido una familia donde la mujer suele tener un rol bastante activo y maternal en el hogar, donde eran un puente entre él y sus hijos. Por eso, para ellos es más difícil sobrellevar esta vida solo al interior del hogar.
El momento de la jubilación implica un golpe al perder su tradicional rol de proveedor, además del alejamiento de la red social que formó en su trabajo y que por años fueron su principal compañía.
El tema de los roles de género está cambiando Entonces, lo que observamos hoy va a ser diferente en los próximos 20 años y este panorama va a ser distinto.