Medidas de prevención
Como resultado de sus exitosos programas nacionales de inmunización, nuestro país declaró erradicado el sarampión a inicios de la década de los noventa. Y aunque ese estado se mantiene vigente hasta hoy, la escalada de brotes de esta enfermedad en el mundo, especialmente en Latinoamérica, llevó al Ministerio de Salud a recomendar medidas de precaución.
El llamado a la vacunación fue dirigido específicamente a un conjunto acotado de chilenos: aquellos que tengan previsto viajar a países en los que existan casos de esta patología y hayan nacido entre 1971 y 1981.
¿Por qué ese grupo etario debe tener cuidado? “Las dudas surgen porque las personas que nacieron entre esas fechas no recibieron los esquemas que nosotros hoy consideramos protectores”, explica el doctor Pablo Vial, infectólogo de Clínica Alemana-UDD, agregando que con posterioridad a ese período existe seguridad en cuanto a que la población ha recibido, al menos, dos dosis completas.
También para efectos de viajes al extranjero, se recomienda tener en cuenta a los niños con edades entre seis y once meses de edad (periodo de ventana entre la inmunidad materna y la primera dosis de vacuna) y a los menores de seis años a los cuáles se les ha administrado sólo una vez.
¿A quiénes se les recomienda la vacuna si viajan?
Para acceder a la inoculación, es necesario presentarse con una orden médica o bien con un pasaje que indique el viaje al exterior. En el caso del vacunatorio del Centro Médico de Clínica Alemana Vitacura y La Dehesa, el horario de atención es de lunes a viernes entre las 08:30 y 19:00 hrs., y el sábado de 08:30 a 12:00 hrs.
Dentro del grupo de personas nacidas entre 1971 y 1981, quienes no tengan claros sus antecedentes de inmunización o enfermedad no tendrían problemas de recibir una dosis extra o de refuerzo. Eso sí, el doctor Vial recuerda que se debe tener en cuenta que esta vacuna contiene virus vivo atenuado, motivo por el cual está contraindicada en mujeres embarazadas.
Los objetivos preventivos
El doctor Pablo Vial describe a esta enfermedad viral como altamente contagiosa y que se transmite por las gotitas esparcidas al aire mediante tos y estornudos, o por contacto directo con secreciones infectadas provenientes del tracto bucofaríngeo. Dada esta capacidad de transmisión de persona a persona, es frecuente que se produzca situaciones de brote.
En este marco, el especialista señala que la protección de las personas que viajan permite tanto prevenir que contraigan el virus, como la posibilidad de que lo introduzcan en nuestro país. Recuerda que una causa importante del alza del sarampión en América y Europa está relacionada a la decisión de personas en cuanto a no vacunarse ni ellos ni a sus hijos porque han perdido la confianza en este método preventivo. En general, esta conducta “ha provocado que enfermedades que ya estaban controladas hayan reaparecido pudiendo originar graves consecuencias, tanto individuales como en salud pública”, advierte.
En esta perspectiva, el Minsal anunció un segundo frente de acción preventiva localizando a personas provenientes de otros países donde existan brotes para inmunizarlas si no lo han sido previamente. Para ello, tiene previsto dar cobertura a niños y adultos inmigrantes que residan en Chile y no hayan sido inoculados en su nación de origen.
Desde el punto de vista de los programas de salud pública, el doctor Vial enfatiza que la mejor manera de prevenir es dar cobertura a tantos niños como sea posible con dos dosis de la vacuna que combina sarampión paperas y rubeola: la primera que se debe administrar a los 12 meses de edad, y la segunda al inicio de la enseñanza básica.
Junto con destacar los resultados del programa nacional de inmunizaciones universal y gratuito que introdujo la vacuna contra el sarampión en 1964, incorporó la fórmula tresvírica (sarampión, rubeola y parotiditis) en dos dosis desde 1990 y eliminó los casos autóctonos en 1992, el Comité Consultivo de Inmunizaciones de la Sociedad Chilena de Infectología puntualizó que, a pesar de estos logros, “siempre existe el riesgo de importación de la enfermedad a nuestro país, afortunadamente con contención exitosa”, citando el último cuadrode este tipo reportadoen 2015. En este contexto, la entidad expresó su apoyo a las recomendaciones actuales frente a la situación de brotes internacionales y recomendó evaluar campañas de actualización.
Los síntomas de esta patología tienen una intensidad variable dependiendo de cada paciente. Las personas que están en mayor riesgo de hacer una enfermedad grave son los lactantes menores de un año, así como los niños desnutridos o inmunosuprimidos. El cuadro clínico habitual es:
Aunque el sarampión generalmente se considera una enfermedad infantil, cualquiera puede adquirirla. La mayoría de los casos se da en pre-escolares, adolescentes, adultos jóvenes y los individuos que no están bien inmunizados, aunque los cuadros más graves se dan en niños menores de un año.
Una persona puede transmitir la enfermedad desde 4 días antes de la aparición de las manchas en la piel hasta 4 días después.
En un período mínimo de dos semanas.
Aparecen en dos etapas. Al principio, se presenta confiebre, secreción nasal, enrojecimiento de ojos y tos intensa. Y en una segunda fase, comienza una erupción de color rojizo en la piel, y manteniéndose e intensificándose los síntomas anteriores.Es en este período cuando se presentan las complicaciones.
Las complicaciones más frecuentes son otitis, neumonía y diarrea. Y, en menor medida, las encefalitis (infeccióndel cerebro).
El tratamiento consiste en aliviar los síntomas del paciente con reposo, consumo de abundante líquido y antiinflamatorios. En el caso de la población infantil que no ha recibido la vacuna, la administración de suplementos de vitamina A ha demostrado tener beneficios. Y ante complicaciones como neumonía u otitis, se prescriben antibióticos.
No. Las personas que han tenido sarampión no lo padecen de nuevo.