Los padres comparan el nivel de habla de sus hijos con pares y hermanos, siempre en caso de dudas se recomienda consultar.
Que un hijo no pueda ingresar a un colegio por dificultades en esta área es una de las señales más comunes por las que los papás consultan a un fonoaudiólogo. Esto ocurre, generalmente, a los dos años si un niño no habla nada o cuando no se le entiende.
“Existen patrones de normalidad en el desarrollo del lenguaje, ciertas metas que se deben ir cumpliendo. Primero es el balbuceo, luego el número de palabras que va adquiriendo según la edad y luego la forma en que se van estructurando”, explica Alejandra Godoy, fonoaudióloga de Clínica Alemana.
Es muy importante la detección precoz de cualquier problema. “A veces un niño no habla porque es regalón o no siente la necesidad, pero si no es estimulado como corresponde, podría terminar con un retraso del lenguaje. Los controles con el pediatra son un buen momento para evaluar”, explica la especialista.
Apenas la mamá o el entorno cercano tengan dudas se debe consultar al especialista debido a que algunos niños repiten sonidos que parecen ser palabras pero que no están asociados a un referente real o carecen de intención comunicativa. Anterior a la consulta es importante descartar otras afecciones tales como problema de audición, presencia de adenoides o amígdalas de gran tamaño y disfonía.
Siempre se debe consultar ante la presencia de:
Entre los dos y cuatro años es normal presentar pequeños bloqueos y/o una o dos repeticiones de silabas (tartamudez fisiológica), los que NO deben hacerse conscientes al menor. Se debe consultar a los cuatro años de edad.
Desde los tres años se les exige que identifiquen objetos por uso y nominen elementos básicos. Por ejemplo: "¿Qué te sirve para cortar?, una tijera"
Con cuatro años seis meses, deben definir en categorías. Por ejemplo: ¿Qué es un perro?, un animal.