El riesgo de sufrir un infarto aumenta después de la menopausia, razón para realizar un chequeo preventivo y modificar hábitos en el estilo de vida.
Pese a que muchas personas lo desconocen, las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte de mujeres en el mundo y Chile, lamentablemente, no es la excepción. Se estima que el 30% de ellas muere por problemas al corazón.
Según explica el doctor Mauricio Fernández, cardiólogo de Clínica Alemana, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares en mujeres es tres veces mayor a la de los hombres. El especialista aseguró que, “en parte, esto se debe a que no siempre existe conciencia de esta realidad, por lo que las mujeres no asocian sus síntomas a un problema cardiaco”.
No hay síntomas que anticipen un infarto, ya que se produce súbitamente por la oclusión repentina de una arteria coronaria. Sin embargo, “la mayoría de las personas sienten una opresión en el medio del pecho de inicio violento, que puede irradiarse al cuello, mandíbula, hombros, brazos y espalda”. La intensidad de estas molestias es variable. El especialista indica que pueden percibirse como un discreto malestar hasta un intenso dolor, que puede acompañarse incluso, de sudoración o náuseas. “Por lo tanto, cada vez que una persona comienza con los síntomas mencionados, debe acudir a un servicio de urgencias”, asegura el cardiólogo.
El autocuidado para atender los síntomas enumerados es fundamental como acción preventiva. Al respecto el cardiólogo enfatiza “la mujer de hoy cumple muchos roles lo que lleva a que muchas veces posterga la consulta porque no está en su mente que pueden tener un infarto, no lo reconocen como algo que tienen que consultar en urgencias”.
El cardiólogo señaló que tanto en hombres como mujeres, son tres los principales factores de riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular:
Otros factores de riesgos en la mujer son: obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol elevado y factores hereditarios.
Sin embargo, hay elementos particulares de las mujeres que pueden aumentar las probabilidades de sufrir alguna enfermedad cardiovascular en el futuro. Entre ellos, el haber tenido presión alta durante el embarazo o tener una menopausia precoz, es decir, antes de los 40 años.
En la salud cardiovascular el estrés es un componente a considerar que “incluso puede gatillar un evento cardiovascular en la mujer en ausencia de los tres factores de riesgo señalados anteriormente”, explica el especialista.
Si bien existen diversos factores de riesgo, la mayoría de ellos son modificables, es decir, su efecto se puede prevenir con cambios en el estilo de vida. En ese sentido, el especialista aseguró que hábitos tan simples como hacer ejercicio, alimentarse bien (dieta mediterránea) y no fumar, pueden hacer una gran diferencia. Algunas alternativas son:
La principal consecuencia del infarto al corazón es la pérdida o muerte de una zona de tamaño variable del músculo cardíaco, lo que puede significar una disminución permanente y de por vida de la capacidad de bombeo, condicionando una reducción de la capacidad física y falta de aire en la persona afectada (insuficiencia cardíaca).
Asimismo, existen otras complicaciones que pueden llevar a la muerte o necesitar de manera urgente una cirugía, como la ruptura del corazón, falla de válvulas o comunicación intracardiaca.
Como parte del tratamiento y apoyo en la recuperación de los pacientes, Clínica Alemana, cuenta con un Programa de Rehabilitación Cardiaca. El plan consta “de 12 sesiones de ejercicio aeróbico y fortalecimiento muscular, durante el cual se monitorean simultáneamente el ritmo cardiaco, la presión arterial y el pulso. Su diseño es en función del estado de salud de cada paciente” explica María Teresa Carvallo, kinesióloga a cargo del programa.
“Ejercitarse como mínimo 150 minutos a la semana, mantener un peso adecuado y ser ordenado con la medicación, es fundamental para evitar recaídas o tener nuevos episodios”, explica el cardiólogo Fernández.