Para detectarlo es necesario un examen de cuello y actualmente se privilegian tratamientos menos invasivos que la cirugía.
En Chile, se diagnostican alrededor de 1.300 nuevos casos de cáncer de tiroides al año y de ellos un 85% corresponde a mujeres. Con el slogan “No descuides los mensajes de tu tiroides”, Clínica Alemana cierra la semana de la tiroides este 25 de mayo, día mundial de la enfermedad.
Uno de los cambios en el tratamiento del cáncer de tiroides es la posibilidad de no intervenir quirúrgicamente para extraer la glándula en algunos pacientes, sino realizar un seguimiento activo de los nódulos, ya que se trata de una enfermedad de evolución lenta. Por eso, si bien es posible de aplicar este protocolo en todo paciente mayor de 18 años, dado que la probabilidad de crecimiento del tumor baja con la edad, se prefiere plantear en mayores de 40 o 50”, explica el doctor Hernán Tala, endocrinólogo del Centro de la Tiroides de Clínica Alemana.
“La opción de no operar es una decisión compartida con el paciente. Es importante que la persona se comprometa a un seguimiento estricto y regular. Nosotros usamos el término vigilancia activa, que refleja el compromiso tanto del médico como del paciente de mantenerse en un control activo”.
Según explica el especialista, este seguimiento se plantea en tumores pequeños, menores de 1 centímetro y en ausencia de factores de riesgo. Esto quiere decir, personas sin antecedente de cáncer tiroideo en familiares directos, sin radiación previa, sin compromiso extra tiroideo, buena citología, ubicación intra tiroidea alejada de estructura como nervios.
Esta alternativa es segura según el doctor Tala en pacientes que cumplen los requisitos ya mencionados y siempre que adhiera a un control estricto. De esta forma, “en los pocos casos que existe crecimiento del tumor, la intervención se realiza en una etapa donde el resultado y pronóstico siguen siendo igualmente exitosos”, acota el profesional.
El endocrinólogo indica que “cuando se enfrenta a un paciente con nódulo tiroideo, la ecografía nos ayuda a evaluar la probabilidad de que dicho nódulo sea benigno o maligno. Según ello se indica punción diagnóstica. En general este examen define claramente el tipo de nódulo, sin embargo, en ocasiones no es suficiente”.
Para los casos de diagnóstico más complejo actualmente existen exámenes moleculares. Éstos, enfatiza el Dr. Majlis, ayudan cuando los métodos tradicionales no aclaran la benignidad o malignidad de la muestra y se denominan nódulos indeterminados.
Para quienes buscan evitar la cicatriz que estas intervenciones dejan en el cuello, hoy existen algunas técnicas quirúrgicas algo más complejas.
En esos casos, informa el doctor Majlis la extracción de la tiroides se realiza transoral o retroauricular, es decir, a través de la boca o por detrás de la oreja.
La ingesta de radioyodo elimina los restos de tejido que pudieron quedar post cirugía. Se usa en casos de cáncer que, por su extensión inicial, tienen mayor riesgo de presentar recurrencia o persistencia, aumentando la probabilidad de curación.
El especialista en tiroides, agrega: “hoy sabemos que el radioyodo se debe utilizar solamente en algunos pacientes, que tienen una enfermedad más extensa inicial y, cuando es necesario, sabemos que se pueden utilizar dosis menores a las que se aplicaban anteriormente”.
En Clínica Alemana, semanalmente se evalúan por un comité multidisciplinario, los pacientes que requieren del tratamiento con radioyodo, y qué dosis se debe utilizar en cada caso.