Desde hace algunos años uno de los regalos más agradecidos por los niños son las camas elásticas y este año se tornarán especialmente útiles. Y es que, las vacaciones en cuarentena cada día se transforman más en una realidad, por lo que este elemento de entretención se puede transformar en un gran aliado para los padres.
Lo anterior, porque ayuda a los niños a gastar energía y permite que puedan entretenerse dentro de casa, especialmente en estos días de calor. Sin embargo, de acuerdo con lo comentado por la doctora Mónica Tiznado, traumatóloga infantil de Clínica Alemana, existe una serie de recomendaciones a seguir al momento de elegir una cama saltarina y de utilizarla.
“Las camas saltarinas pueden ser muy peligrosas si no se usan de la forma correcta”, explica la especialista. “Con mucha frecuencia vemos lesiones tipo fracturas, contusiones o heridas por el uso inadecuado o abusivo de este elemento”, agrega.
Comprar una cama saltarina: ¿En qué fijarse?
La doctora Tiznado entrega las siguientes recomendaciones para elegir una cama elástica que sea lo más segura posible para los niños, entre las que destacan:
- Que otorguen buenos elementos de seguridad, eso significa que tengan revestimientos para todos los elementos metálicos y así evitar contusiones
- Debe tener una malla de seguridad alta y en buenas condiciones que permita que los niños salten con seguridad.
- Debe estar puesta en un terreno plano para que no tenga posibilidades de perder el equilibrio
- Debe estar alejada de elementos peligrosos
Del mismo modo, la experta asegura que hay una serie buenas prácticas que aplicar a la hora de utilizar una cama saltarina. En este contexto, es sumamente relevante seguir las recomendaciones de entidades nacionales e internacionales, tales como las otorgadas por la Academia Americana de Pediatría y la sociedad Chilena de Ortopedia y Traumatología:
- Supervisar a los niños mientras están saltando
- Utilizarla sin otros elementos en su interior, para no propiciar que salten con el niño
- Evitar piruetas peligrosas
- Que el niño que salte sea mayor a seis años y que tenga un desarrollo neuromuscular adecuado
- Idealmente saltar de a uno a la vez. De no ser posible, se recomienda que sea en un volumen bajo y que los niños que entren tengan peso y talla similares, para evitar que los más grandes terminen lastimando a los más pequeños
