Dolor y frecuente sensación de querer orinar son algunos de los síntomas que presentan las infecciones urinarias. Un problema que se puede volver recurrente, por lo que es fundamental prevenirlas y también tratarlas de forma correcta.
Para entender este cuadro, primero hay que saber que todos los seres humanos a medida que pasa el tiempo nos vamos colonizando con bacterias.
Así, a partir de la juventud, dos tercios de las células corresponden a estas bacterias comensales, lo que se denomina microflora o microbiota. En tanto, solo un tercio corresponde a células humanas. “Estas bacterias van colonizando normalmente nuestra piel, nuestra vía aérea, nuestro tubo digestivo. Y en las mujeres, también la vagina”, explica el doctor Pablo Bernier, del Departamento de Urología de Clínica Alemana.
Estas bacterias, particularmente las del tubo digestivo, son una primera línea de defensa de frente a muchas de las cosas que ingerimos. Además, tienen otros roles, como ayudar al buen metabolismo de algunos alimentos y a procesar ciertos medicamentos. También regulan la absorción de calcio y vitaminas.
En la vagina hay bacterias buenas que se alimentan de las secreciones vaginales, que, a su vez, están estimuladas por estrógenos. Cuando hay una flora normal, se evita que bacterias, como las que vienen del colon, entren.
Algunas bacterias provenientes del colon y recto logran llegar que llegan a la zona de la uretra, desde donde ascienden hasta la vejiga. “Cada vez que nosotros orinamos, estas bacterias son expulsadas, y luego vuelven a entrar, y nuevamente son expulsadas”, explica el doctor.
“Hay muchas veces que nuestras defensas les ganan a estas bacterias y las expulsan, y otras, en que estas bacterias les ganan a nuestras células y se produce una inflamación, en este caso, focalizada en la vejiga. Estas son las infecciones urinarias bajas o cistitis aguda”, explica el especialista.
El fenómeno de inflamación produce la sensación de dolor para orinar y también las ganas frecuentes de ir al baño y “hacer muy poquito, levantarse y volver de nuevo”, dice el doctor. También hay dolor al paso de la orina y/o dolor al fin de la micción.
En ocasiones, se logran eliminar las bacterias, pero la inflamación persiste por un tiempo. Esto puede ocasionar que , un examen de orina completa salga alterado. No así el examen de cultivo.
Si bien los antibióticos se indican en estos casos de infección, estos medicamentos pueden producir daños colaterales ya que, al actuar, eliminan bacterias buenas que hay en la vagina. “Hacen lo mismo con las del tubo digestivo, lo que produce un desbalance que puede traer graves alteraciones”, puntualiza el urólogo.
Asimismo, las bacterias pueden generar resistencia a algunos de estos fármacos. “Hoy día existe una conciencia mundial en la comunidad médica de que tenemos que cuidar nuestros antibióticos y hacer un uso racional de ellos”, advierte.
Por esto es fundamental que, ante la presencia de cistitis, se realice un examen de orina con cultivo antes de comenzar con antibióticos. “Porque una vez que ya se comienzan a tomar, los cultivos van a salir negativos falsamente”, dice el doctor, que también explica que si hay cultivos previos es importante que el médico los revise para conocer el perfil de resistencia.
En esta línea, existe un porcentaje de pacientes que responde muy bien al uso de analgésicos, que logran disminuir significativamente los síntomas.
En algunos casos, el médico tratante indica antiinflamatorios que pueden mejorar los síntomas de manera muy efectiva, mientras se espera el resultado del cultivo, con lo que se define cuál es el antibiótico más apropiado.
Finalmente, hay casos de bacteriuria asintomática, una condición en que la presencia de las bacterias no genera dolor ni molestias. El especialista indica que no es necesario que sean tratados, a menos de que se trate de mujeres embarazadas o pacientes que necesiten realizarse ciertos procedimientos urológicos específicos.