El suicidio es un tema muy relevante en términos de salud pública. Y es que, según cifras de la International Association for Suicide Prevention, cada 40 segundos una persona se quita la vida. Además, por cada suicidio, 25 personas hacen un intento y muchas otras tienen pensamientos suicidas.
Las ideaciones suicidas son especialmente frecuentes en pacientes adolescentes y de la tercera edad. No obstante, puede presentarse a cualquier edad.
En este contexto, el doctor Pablo Gaspar, psiquiatra de Clínica Alemana, asegura que es sumamente relevante estar atentos a las señales de alarma que permitirán prevenir un suicidio.
Así, el especialista explica que existen dos tipos de señales: indirectas y directas.
Entre las señales indirectas de suicidio se encuentran cambios conductuales y emocionales bruscos en las personas, explica el doctor Gaspar. Entre ellos destacan:
Si bien, muchas de estas situaciones pueden presentarse como algo usual en pacientes con trastornos del ánimo, es altamente probable que terminen en un suicidio cuando son ideas persistentes e incontrolables.
Por otro lado, las señales directas de suicidio tienen relación acciones más específicas entre las que el psiquiatra de Clínica Alemana identifica:
“Cuando una persona comienza a tener este tipo de sintomatología, ya sea directa o indirecta, es sumamente relevante mantener una escucha activa y empatía frente a lo que está viviendo la persona”, comenta el experto.
Además, es importante tratar de establecer comunicación para poder entender cuál es el gatillante de la idea de suicidio y pedir ayuda a especialistas en salud mental en un momento oportuno.
Finalmente, hay que entender que los pensamientos suicidas no son sólo cosas de alarma, explica el doctor Gaspar. “Hay que tomarlo muy en serio, porque nosotros sabemos que aproximadamente un 80% de las personas que cometen un acto suicida ya han tenido ideas de quitarse la vida y lamentablemente no han podido tener acceso a un sistema de salud mental”, cierra.