En primavera y verano suelen concentrarse los casos de virus hanta por los paseos fuera de Santiago a lugares campestres donde se encuentra el roedor silvestre de cola larga (Oligoryzomys longicaudatus) que lo transmite.
La tarde de ayer falleció el joven proveniente de la localidad de Panguipulli, quien se suma a la muerte de su hermano menor el pasado fin de semana. Se trata de una familia de cuatro miembros, todos contagiados de virus hanta. Consecuentemente, se debe estar atento a las medidas preventivas y alerta a los síntomas clínicos.
El contagio del virus hanta se produce por vía respiratoria al inhalar aire contaminado con secreciones de estos roedores.
Los primeros síntomas, que aparecen en promedio a los 18 días después del contagio (rango: entre 10 y 40 días), son fiebre alta, dolores musculares intensos, dolor de cabeza y abdominal (a veces vómitos y diarreas), y posteriormente dificultad para respirar. Podría decirse que se parece a una gripe o influenza, pero sin dolor de garganta ni secreción nasal.
Luego de los síntomas iniciales, se puede producir una insuficiencia respiratoria y shock cardiovascular llamado Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus, el que puede ser fatal.
Por eso, es muy importante seguir algunas medidas preventivas para evitar el contagio de esta enfermedad.
En el tratamiento del Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus, es fundamental recibir atención en una Unidad de Cuidados Intensivos como la de Clínica Alemana, que cuenta con medidas
de soporte como ventilación mecánica y ECMO, mecanismo de asistencia artificial que reemplaza parcial o totalmente las funciones del corazón y pulmón.
Además, puede administrarse a los pacientes
un plasma inmune, suero desarrollado en forma pionera por especialistas de Clínica Alemana y la Universidad del Desarrollo, y que se obtiene de la donación de sangre de los sobrevivientes de virus hanta.