Algunos laboratorios ya han anunciado la efectividad de sus vacunas para combatir la pandemia por Covid-19. Sin embargo, este inmunizador tendría algunas diferencias en términos de procesamiento y, por lo tanto, almacenamiento a lo que frecuentamos.
“Hasta ahora, las vacunas son virus con su material genético destruido o inactivado”, explica la doctora Valeska Vollrath, jefa de la unidad de biología molecular de Clínica Alemana. “Por lo tanto, con este tipo de vacunas, estos virus inactivos son incapaces de replicarse y reproducirse, pero mantienen las características necesarias que nuestro organismo genere una respuesta inmune”, agrega.
Estas vacunas de virus inactivados son almacenadas en un refrigerador a 4°C y la gran mayoría de ellos pueden estar estables hasta por tres años. Una de las excepciones más comunes es la vacuna contra la influenza, puesto que se trata de un virus que está mutando constantemente, por lo que, a pesar de que podría almacenarse durante este periodo de tiempo, debe ser producida cada año.
No obstante, en la época de pandemia que estamos viviendo las cosas han cambiado y se aplicaron nuevas tecnologías para la fabricación de vacunas.
Las vacunas producidas con la nueva tecnología para el Covid-19 han demostrado alta efectividad deben mantenerse en congeladores con temperaturas bajo cero que fluctúan entre -20 y -70°C.
“Esta nueva generación de vacunas son fragmentos del material genético del virus (ARN mensajero) que sólo sintetiza la proteína espiga (spike), que es la proteína que se une a nuestras células, desencadenando la respuesta que, finalmente, genera la enfermedad Covid-19”, explica la doctora Vollrath.
Este material genético utilizado como vacuna contra el Covid-19 está encapsulado en nano partículas o pequeñas cápsulas. “Una forma de conservar los materiales genéticos es congelándolos a bajas temperaturas. Esta es la única manera en que a bajo punto de congelación, evitamos la destrucción de este material genético encapsulado”, dice la experta.
“Si no se mantiene la cadena de frío, nos arriesgamos a que, por cambios a temperatura más altas, se activen las proteínas que destruyen este material genético e inocularíamos una vacuna inactiva”, agrega.
Esta nueva generación de vacunas para el Covid-19 consiste en “inyectar este fragmento de material genético (ARN mensajero), el cual ocupa a nuestras propias células para sintetizar sólo esta proteína
específica y presentarla a nuestro sistema inmune, generando la producción de anticuerpos contra esta proteína. Esta es la principal diferencia con las otras vacunas, en las cuales el virus inactivo estimula la respuesta inmune
produciendo anticuerpos contra todas las proteínas del virus”, asegura la especialista.